Crónica
Encuentro con un clásico del flamenco vanguardista
'La edad de oro' sintetiza lo que representa Galván en el universo del baile flamenco: un artista que ha mamado lo jondo desde pequeño y que ha inventado su propio lenguaje
Las mejores imágenes del espectáculo de Israel Galván en Córdoba
Antonio Higuera
Córdoba
Después de una semana marcada por el fallecimiento del cantaor pontanés, Antonio Fernández 'Fosforito', primer ganador del Concurso Nacional de Arte Flamenco de Córdoba y última Llave de Oro del Cante, el certamen retomó el pasado sábado su programación paralela de espectáculos como ... antesala a la fase de final de la competición, que reunirá a lo largo de esta semana en el Gran Teatro a los aspirantes a hacerse con el preciado galardón en las categorías de Cante, Baile, Guitarra y, esta edición como novedad, también Mejor Instrumentista.
Ni la alerta naranja por avisos meteorológicos ni la tromba de agua que caía en la ciudad poco antes del inicio de la función impidió que se congregara un buen número de aficionados al baile en el Gran Teatro. En el cartel, un clásico del baile flamenco más vanguardista: 'La edad de oro' de Israel Galván. Un espectáculo con veinte años a sus espaldas desde su estreno en 2005 que supuso, en cierto modo, la consagración del bailaor sevillano como figura innovadora en el universo flamenco y su reconocimiento con el Premio Nacional de Danza a la Creación ese mismo año.
La propuesta trata de recrear la esencia del flamenco de finales del siglo XIX y principios del XX, un arte desprovisto en ese tiempo de artificios e instrumentalizaciones que Galván nos muestra en esta obra desde una óptica minimalista. El mejor ejemplo es el corpus escénico, compuesto únicamente por una cantaora (María Marín), un guitarrista (Rafael Rodríguez) y el propio bailaor sobre un escenario con fondo negro. Una concepción ya de por sí rupturista hace dos décadas, cuando lo que predominaban eran las producciones con grandes cuerpos de baile y elaboradas escenografías. Con este formato, económico y adaptable a casi cualquier tipo de escenario, Galván confirmaba en una entrevista que había superado las 400 representaciones desde su estreno.
Leguaje propio
En el plano artístico, 'La edad de oro' sintetiza lo que representa Galván en el universo del baile flamenco: un artista que ha mamado lo jondo desde pequeño y que ha inventado su propio lenguaje. En la obra encontramos un variado repertorio de palos (malagueña, rondeña, abandolaos, tientos, tangos, bulerías, soleá, alegrías, seguiriyas y tonás…) que son interpretados al cante y la guitarra en sus formas clásicas. El contraste a este purismo lo pone Galván desde un primer momento con su outfit de bailaora vieja y un baile repleto de formas y recursos sui generis (movimientos robóticos, saltos, zapateados reducidos a su mínima expresión, pies puestos en lo alto de la silla…).
Después de una trayectoria tan laureada como la de Galván, el sevillano sigue dividiendo a los aficionados al flamenco entre quienes lo consideran un genio y quienes lo ven como un friki. En cualquier caso, lo que no se le puede negar es su afán por experimentar, su búsqueda de nuevas formas de expresión y el mérito de haber codificado su propio baile. Un lenguaje que no todo el mundo entiende, pero con el que sigue comunicando su particular forma de entender el flamenco y el arte.
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