Municipal

Emacsa quiere acabar con la lectura presencial de los contadores en Córdoba en 2024

Pide fondos al Gobierno para un nuevo sistema digital que incluye el cambio de 55.000 equipos de control del consumo de los usuarios

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Emacsa invertirá 15 millones pero tendrá menos beneficio por el efecto de la sequía

Contadores de Emacsa Valerio merino

Rafael Ruiz

Córdoba

27/12/2022
Actualizado a las 10:29h.

«Emacsa, ¿me abre la puerta?». Cada dos meses, mucho cordobeses reciben aún la visita de un empleado de la empresa pública con el objetivo de controlar el consumo que se produce bien en la vivienda, bien en la comunidad. Y ese gesto cotidiano ... puede cambiar si a la empresa municipal que preside Ramón Díaz-Castellanos le conceden la participación que ha pedido en el Perte (una figura de inversión masiva de fondos europeos en temas muy concretos) para la digitalización del agua.

Entre otras muchas cosas, Emacsa ha pedido fondos para colocar 55.000 contadores nuevos en la red dotados de telegestión. Es decir, ya no será necesario desplazarse a cada domicilio. Lo harán sistemas automáticos que es lo que ocurre con una parte de la red pública de aguas pero no con toda, según explica el Plan Director de Transformación Digital de la empresa municipal de aguas.

En estos momentos, Emacsa dispone de una red de unos 95.000 contadores. Deberían ser muchos más aunque esa es otra historia. El 67 por ciento dispone de algún sistema de lectura a distancia aunque la empresa reconoce que en estos momentos conviven hasta tres procedimientos tecnológicos distintos. Cada uno realizado en un periodo de tiempo distinto en el que el hardware y el software han ido cambiando.

En total, Emacsa dice que quiere colocar unos 35.000 contadores nuevos que son electrónicos pero que no cuentan con un sistema que permita de telelectura e instalar otros 20.000 que directamente aún usan el procedimiento de toda la vida. También se pretende unificar, o casi, todos los sistemas que actualmente se usan para poder leer a distancia.

El el futuro, la práctica totalidad de la telegestión de unos datos relevantes (de ellos dependen facturación y consumo de agua) se harán por un procedimiento tecnológico del internet de las cosas (IoT, en sus siglas en inglés). Casi el 40 por ciento de los contadores actuales usan un sistema basado en la radiofrecuencia. Ni siquiera están conectados a la red. Entre las funcionalidades del nuevo modelo que se quiere adquirir es que permita la lectura de cadencia horaria, similar a la de los contadores de la luz que permiten discriminar entre horas valle y horas punta. Contar con estas opciones, dice la empresa, le permitirá controlar mejor los consumos y realizar acciones comerciales sobre el agua al disponer de datos.

Ecosistema digital

Lo que está planteando Emacsa en realidad es una renovación casi total de un sistema digital que arrancó, de forma pionera, en el año 1993. La empresa pública municipal fue de las primeras en contar con los planos de su sistema de tuberías en un ordenador. Antes de eso, los técnicos de la casa tenían que tirar de plano en papel para cualquier iniciativa.

Obviamente, los tiempos han cambiado y ahora las funcionalidades son muchas más. Y lo que se plantea es una sensorización completa de la red de abastecimiento y alcantarrillado con el objetivo de poder predecir el funcionamiento de la misma a efectos de consumo, impactos de tormentas, salidas de agua al Guadalquivir (que se pretenden medir en tiempo real) o detección de fugas.

El proyecto de la empresa entiende que la incorporación de este tipo de herramienta podrán mejorar la forma en la que se presta en servicio. Hacerlo más barato y rápido. Permitiría también tomar decisiones sobre modelos analíticos. Es decir, predecir cómo se va a comportar el sistema del ciclo integral del agua para proceder. El calendario para la implantación del proyecto dura cinco años y arranca en este 2022. Emacsa ya tiene una empresa de asesoramiento externo, IRC, para guiarle en una cuestión donde precisa de técnicos de fuera.

Una de las cuestiones que se han incluido en el documento de peticiones al Gobierno tiene que ver con una exigencia legal. En 2050, todas las instalaciones de la empresa solo se podrá consumir energía de fuentes renovables con un matiz: tendrán que ser autónomas. Producirán la electricidad que se precisa para llevar el agua a las casas o limpiarla.

Esta es la primera vez que Emacsa acude a un proyecto europeo de los Next Generation. La empresa lleva a cabo un esfuerzo inversor cercano a los veinte millones de euros al año como consecuencia de su capacidad de generación de recursos propios. El proyecto pasa por usar la primera convocatoria que se pueda para ampliar el mapa de tanques de tormentas que se ha iniciado con el diseño en marcha del Balcón del Guadalquivir.