Emacsa centra su trabajo de 2024 en la obra civil del tanque de tormentas de Córdoba y en el impacto de la sequía

Coca ha explicado que el tanque de tormentas, pensado para evitar nuevos episodios de vertidos al Guadalquivir, se encuentra al cinco por ciento de la ejecución. Apenas el inicio de los 25 millones de euros que se van a gastar en la gran piscina subterránea creada para aliviar la presión sobre las aguas fluviales.

El presidente de Emacsa aseguró que el segundo proyecto que se va a emprender es el desarrollo técnico y jurídico de la utilización de aguas recicladas para usos ajenos al consumo humano como el riego. El proyecto, millonario, se plantea a medio y largo plazo ante la constatación de «que Córdoba no tiene mar» y no es posible acudir a las desaladoras.

Jesús Coca explicó que Emacsa trabaja ya con la Confederación Hidrográfica que tiene que velar por el cauce ecológico del Guadalquivir. La iniciativa está amparada, sostiene el Ayuntamiento, en la regulación del Plan Hidrológico Nacional que pretende llegar a un 75%, como máximo, de aguas recicladas.

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Para ello, es preciso una obra civil muy fuerte en la estación depuradora de La Golondrina y todo un sistema de distribución de esas aguas. La Golondrina tendrá que adaptarse para limpiar a fondo las aguas que se usan en los hogares para que se vuelvan a usar.

La empresa trabaja también en un procedimiento para incrementar las energías renovables que está utilizando en sus procesos. Precisamente en la depuradora de La Golondrina, se trabaja en incrementar la producción de biogás (ya está firmado el contrato) que se basa en el tratamiento de los propios lodos que se generan en el proceso de limpieza.

De momento, no hay necesidad de nuevas medidas de ahorro con la situación de alerta a pesar de que Emacsa está desplegando los instrumentos como una ordenanza específica para ello. Las aguas caídas, explicó Coca, han hecho que no baje aún más el nivel de los pantanos. «Tiene que llover mucho más para que se recuperen», dijo. El consumo humano está garantizado al menos para dos años con los actuales niveles de los embalses de los que Córdoba depende.