La Denominación de Origen del garbanzo de Córdoba ultima su tramitación

La iniciativa hunde sus raíces en 2019 cuando la firma Cortijo La Reina planteó este proyecto en firme. A partir de ahí, se creo un núcleo de trabajo para lograr este reconocimiento. Y se produjo un hito en el proceso cuando en 2022 consiguió captar una línea de apoyo financiero de la Junta a través de la Unión Europea (UE). A partir de ese momento, se pudieron realizar ensayos y avanzar en una iniciativa que ahora está a punto de cosechar sus frutos.

Las entidades que impulsan este proyecto son, además de la citada Cortijo La Reina, la cooperativa SAT Córdoba, Asaja, la Escuela Técnica Superior de Ingeniería Agronómica y de Montes (Etsiam) de la Universidad de Córdoba (UCO), el Instituto Andaluz de Investigación y Formación Agraria, Pesquera, Alimentaria y de la Producción Ecológica (Ifapa, de la Junta), la Sociedad Cooperativa Agrícola Olivarera Virgen Del Campo de Cañete de las Torres y las empresas Miluma y Dolneo.

El Boletín Oficial del Estado (BOP) publicó el pasado 23 de octubre una resolución de la Consejería de Agricultura, Pesca, Agua y Desarrollo Rural por la que se daba publicidad a la solicitud de inscripción como DOP al garbanzo de la Campiña de Córdoba.

Al día siguiente se abrió un plazo de dos meses de duración para que cualquier persona o entidad afectada por esta declaración tenga la posibilidad de oponerse y presentar alegaciones a la misma.

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El director de este proyecto, Íñigo Prieto, explicó a ABC que, si, finalmente, no hay ningún pronunciamiento en contra, este sello de calidad sería reconocido oficialmente a nivel nacional. «Dudamos que se presente ningún reparo para la concesión de este sello porque se trata de una iniciativa que está avalada por informes técnicos», aseveró.

A partir de ese momento, Córdoba se convertiría en la provincia española con más denominaciones de origen al sumar un total de siete, cuatro de aceite de oliva (Baena, Priego de Córdoba, Montoro-Adamuz y Lucena), una de vino y vinagre (Montilla-Moriles), otra de jamones y paletas ibéricas (Los Pedroches) y la que se otorgará al garbanzo.

Es un claro indicador de la potencia que tiene el sector agroalimentario en nuestro territorio, siendo un área de actividad clave para la economía de la provincia.

Este directivo indicó que para obtener la certificación a nivel europeo habrá que esperar un plazo que podría oscilar, según sus estimaciones, entre los 12 y los 24 meses.

Con este sello, la primera cosecha que quedaría protegida es la que se recogería el próximo verano. Las últimas estadísticas de la Administración autonómica indican que la superficie de este alimento en Córdoba suma 4.632 hectáreas.

Esa cantidad hace que nuestra provincia se sitúe en el tercer puesto en Andalucía, sólo por detrás de Sevilla y de Cádiz.

La documentación presentada para este proyecto revela que a mediados del pasado siglo XX el área cultivada se acercaba a las 50.000 hectáreas.

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Finalmente, tras varios análisis, la variedad que queda protegida es el garbanzo blanco lechoso. El informe que avala este proyecto señala que este cultivo goza de una elevada calidad por distintos motivos. «En primer lugar, cabe destacar el bajo nivel de cochura (cocción), siendo garbanzos que oscilan en rangos que van de tiernos a muy tiernos. Éste es uno de los parámetros más valorados por los consumidores, dado que el garbanzo de dureza media o alta es reconocido negativamente a nivel comercial por su dificultad para cocinar y para desmenuzar durante la deglución», según apunta el documento.

En segundo lugar, los impulsores del proyecto destacan que el producto que quedará amparado es «de una gran finura al paladar». Las tierras de siembra deben tener un elevado contenido de arcilla.

No en vano, el garbanzo es un cultivo que ha existido históricamente en la Campiña cordobesa -su presencia se remonta a tiempos ancestrales-. El principal motivo de su implantación es el tipo de suelo existente en parte de la provincia que destaca por el citado carácter arcilloso

Prieto aseguró que este sello calidad traerá múltiples beneficios, puesto que «permitirá una mayor profesionalización de los agricultores que trabajan con este cultivo, dado que el futuro consejo regulador realizará un control de calidad muy alto del producto en distintos aspectos».

Por otro lado, resaltó que esta marca reforzará la promoción y la difusión del garbanzo gracias a la asistencia de ferias importantes en España, como es el caso de Fitur, Madrid Gourmet o la Feria Alimentaria de Barcelona.