Las Cruces de Córdoba soportan el chaparrón: «Se ha estropeado algún farolillo, pero poco más»

En la Cruz de la hermandad del Císter (en la plaza de la Cope), algunos charcos en el suelo y sobre los barriles dan cuenta del chaparrón, pero su cruz está intacta. «Afortunadamente, la lluvia no la ha estropeado», apunta uno de los responsables de la instalación mientras recoge vasos de plástico cubiertos de barro del suelo.

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Un poco más adelante, en la Cruz de la hermandad de la Paz y Esperanza (Cuesta del Bailío), turistas y proveedores se cruzan sin parar; unos para hacer fotos y los segundos, para descargar barriles de cerveza. «Aquí se han estropeado algunos farolillos, pero poco más», señalan detrás de la barra.

Los claveles rojos que cubren la Cruz de las Tendillas brillan bajo los tímidos rayos de sol que se han dejado ver tras la tormenta. Tanto sus flores como las de las macetas que la rodean lucen espléndidas para los centenares de 'selfies' que las capturan desde primera hora del día. Un grupo de turistas se sorprenden por la belleza de la instalación. «Es muy bonita y Córdoba está increíble», comenta una de las visitantes a este periódico.

En la plaza de la Trinidad, los miembros de la hermandad del Vía Crucis, responsables de la Cruz instalada, bromean con la lluvia caída: «Nos ha venido hasta bien. Nos hemos ahorrado tener que regar», apuntan, entre risas.

La Cruz de la Sentencia (San Felipe) ha estado protegida del agua por su ubicación, bajo el pórtico de la iglesia de San Nicolás, donde se encuentra. «A esta no le ha caído nada de agua, pero en algunas instalaciones de Ciudad Jardín han tenido que cambiar varias macetas», comenta un visitante.