Crimen de Platero Pedro de Bares: el presunto homicida, investigado por quebrantar una condena de violencia machista

Antes de que el Juzgado de Instrucción 5 de Córdoba, en funciones de guardia, tomase declaración al encartado, era llamado a declarar ante la titular del Juzgado de Violencia sobre la Mujer de la capital cordobesa por un presunto delito de quebrantamiento de condena, al haberse saltado la orden de alejamiento que pesaba contra él respecto a la pareja de la víctima, de 47 años.

El caso es que los tres individuos, es decir, la ex pareja del presunto autor de la puñalada mortal y el novio de la mujer compartieron una larga noche de juerga en la vivienda donde habría llegado a consumir alcohol y drogas.

En un momento dado, ya por la mañana, los tres permanecían en la vivienda pero una fuerte discusión entre los dos hombres -parece ser que se desencadenó por celos- acabó con la salida de la casa del ex novio, quien volvió poco después con un cuchillo y fue al abrir la puerta cuando el encartado asestó una puñalada al novio de su ex pareja y lo hirió de muerte.

En concreto, según ha podido saber ABC, la víctima, de 47 años, murió desangrada en el rellano de la escalera después de recibir una puñalada que le cortó una arteria (carótidas) en el cuello. Después de usar el cuchillo, el presunto autor de la puñalada mortal y mientras la víctima huía por las escaleras le tiró el cuchillo a su ex pareja sin que resultara herida.

De este modo, el detenido por la muerte de este vecino de Levante se le abría además otra causa por quebrantamiento en el Juzgado de Violencia sobre la Mujer, donde también declaró en una investigación de forma paralela.

El presunto homicida se negó a declarar al pasar al Juzgado de Guardia y sólo esbozó un «ya veréis que no he sido yo» cuando le fue decretada la orden de entrada en prisión provisional sin fianza por un presunto delito de homicidio consumado.

Estos hechos se produjeron en el segundo 4, y fue en el descansillo de las dos plantas donde quedó tumbado bocabajo sobre un charco de sangre la víctima de la puñalada. En su misma planta, en la segunda, hablan dos vecinos que afirmaban sin titubeos que algo de esto podía terminar pasando porque aquí había muchas fiestas, peleas, alcohol y drogas, como publicó ABC.

Y otra vecina explicaba horas después del crimen que la mujer, que vivía en la acera de los pares de la misma calle, se había mudado hace cosa de un año, cuando murió su padre, que habitaba el piso. Lo que para ella fue un cambio de residencia, para sus vecinos fue un infierno, porque tenían que aguantar fiestas, ruido y problemas a altas horas de la madrugada. «En mi casa podían llamar a las cinco de la madrugada preguntando por ella», llegó a decir una de las residentes del edificio.

Fue en la noche del miércoles al jueves de la semana pasada, pocas horas antes de que las cuchilladas llevasen la situación al terreno de la tragedia, había sido muy dura para los vecinos, con gritos, jaleo y también peleas, que eran frecuentes.