Córdoba, entre las mejores ciudades de España para tirarse en paracaídas

En la lista figura otra ciudad andaluza, Bollullos de la Mitación (Sevilla), junto a Empuriabrava, Gran Canaria, Cuenca, Requena y Ocaña, entre otras.

El portal destaca que la experiencia de salto mejor valorada es la que ofrece la empresa Skydive, «con sus propuestas de paracaidismo en tándem y deportivo para los más expertos. Tras el salto en caída libre de 30 o 40 segundos, con la adrenalina a tope, llega el más placentero de 5 o 6 minutos con el paracaídas abierto y es el momento de disfrutar de la bella ciudad con sus intrincadas calles, con el Guadalquivir acariciando su monumental Mezquita y, un poco más lejos, la Sierra de Córdoba con sus espacios naturales, como el Arroyo del Bejarano, los Baños de Popea, las Ermitas, Cerro Muriano, o el cerro del Pozo de la Nieve», detaca la web. La actividad en Córdoba cuesta 250 euros y, si se quiere vídeo, 270.

Según el portal, no se necesita ningún tipo de curso previo ni experiencia para realizar un salto. «Uno de los pocos requisitos es pesar más de 30 kilos y menos de 100, y tener más de 18 años; o si uno es menor, contar con una autorización paterna firmada».

Para las primeras veces, los saltos se hacen en tándem, atado literalmente con un doble arnés a un instructor que será quien maneje los paracaídas. Se trata de un equipo biplaza, diseñado para dos personas. El aprendiz llevará un arnés puesto enganchado y sujeto al instructor que lleva los dos paracaídas ya que en el vuelo tándem siempre se lleva un doble paracaídas, uno principal y otro de emergencia.

El equipo viene además provisto de un dispositivo de seguridad, una pequeña computadora que, en caso de necesidad, indisposición u olvido del instructor, abre automáticamente el paracaídas a una altura determinada.

La duración de la aventura es de entre 45 minutos y una hora. La primera media hora o poco más se va en un curso previo, subir al avión, despegar y ascender hasta unos 4.500 metros, la altura más alta permitida en Europa. Mientras, se repasan las instrucciones que se han dado previamente. En ese tiempo se acopla el arnés y se comprueba que todo está en orden. Luego llega el momento de la verdad, abrir la puerta y disponerse a saltar.

La primera impresión es muy fuerte ya que se baja en caída libre a unos 250 kilómetros por hora durante casi un minuto. Cuando se está a una altura de unos 1.500 metros, se abre al paracaídas y el instructor comienza las maniobras para controlar el vuelo. El aterrizaje suele ser suave haciendo una pequeña carrera sobre un terreno liso.