Historia
Córdoba, marcada en una de las primeras 'guías de carreteras' de la historia
La capital aparece en los denominados Vasos Apolinares, que recogen el itinerario que unía Gades (Cádiz) con Roma; también nombran otros puntos, como Montoro o Ad Aras (La Carlota)
Un paseo por la Córdoba romana, capital de la Bética que maravillaba
Córdoba
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Iniciar sesiónLas calzadas romanas fueron una de las infraestructuras más impresionantes y cruciales de esta antigua civilización. Jugaron un papel esencial en la expansión, administración y control del vasto territorio, conectando regiones remotas con el corazón de Roma. La red principal alcanzó en su ... apogeo los 400.000 kilómetros. Y Córdoba estaba marcada en una de las 'guías' de carreteras más vetustas que se conservan.
No se trata de un pergamino, ni un papiro: este 'plano' aparece grabado en los denominados Vasos Apolinares, cuatro recipientes de viaje, de plata, descubiertos en la orilla septentrional del lago de Bracciano, en una localidad termal llamada Vicarello, famosa y muy frecuentada en época romana. En ellos está inscrito el itinerario desde Gades (Cádiz) hasta Roma y las distancias entre las distintas ciudades (104 localidades y 1.841 millas romanas).
Las hipótesis señalan que estos vasos fueron arrojados a modo de ofrenda a las citadas fuentes termales por un viajero, que se valió del itinerario grabado en su superficie para hacer el largo recorrido hasta la capital del Imperio, a través de la Vía Augusta. No extraña que Cordoba aparezca, ya que se encontraba en el corazón de ésta: entraba por el Puente Romano y la salida de la ciudad se encontraba junto al Templo Romano de la calle Claudio Marcelo.
La desconocida y misteriosa villa romana que está a menos de 50 minutos de Córdoba
DANIEL ARAGÓNEste yacimiento romano ha permitido descubrir y ofrecer una imagen de cómo era la vida de estos visitantes que ocuparon Córdoba
Pero no sólo aparece la capital cordobesa. El propietario de los vasos pasó por Ad Aras (La Carlota), Ad Decumo (Villafranca de Córdoba, Alcolea o Villarrubia) y Epora (Montoro).
Cada jornada de viaje (en función de las distintas paradas) permitía detenerse al atardecer. En los recipientes aparece también una serie de mansiones en las que se podía descansar.
Los vasos se conservan en el Museo Nacional Romano, en el Palacio Massimo alle Terme de Roma. En España se pueden contemplar unas reproducciones en la Real Academia de la Historia en Madrid.
Otros documentos similares de la época son el Itinerario de Barro (siglo III), el Itinerario de Antonino (siglo III) o la Tabla Peutingeriana (siglo IV).
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