Córdoba está a la cola de las grandes ciudades en presión turística

Las estadísticas son claras: en viajeros por habitante, Córdoba está a la cola de los principales municipios turísticos españoles y las viviendas para visitantes avanzan a pasos agigantados, haciendo de nuestra urbe la capital líder en crecimiento en el país.

Noticia Relacionada

José María Bellido: «Si no se controlan los pisos turísticos, pueden llegar a crear problemas en el futuro»

Francisco Poyato

El primer año de mayoría absoluta en el Ayuntamiento no le chirría. Hay viento a favor, interés en Córdoba y alguna preocupación por la excesiva burocracia municipal

Para diseccionar este último apartado, se analizan las quince ciudades cabecera de provincia del país con más pernoctaciones en pisos para viajeros, casas rurales o albergues gestionadas en plataformas de alojamiento en 2022 (último año disponible), según el INE (Instituto Nacional de Estadística). Es un conjunto de urbes que combina destinos de interior con otros que sí gozan del viajero de sol y playa.

Entre esas quince capitales, Córdoba fue, y con diferencia, en la que más aumentaron las viviendas turísticas y sus plazas entre febrero de 2021 -el punto de partida está influido por la crisis del Covid- y ese mismo periodo de 2024, según la misma fuente. En el segundo mes de 2021, nuestra capital sumaba 1.182 alojamientos de este tipo y un trienio después eran 1.981. Eso implica un alza del 67,6% (+799).

Noticia Relacionada

En el epicentro de los pisos turísticos en la capital: «Cada vez hay menos cordobeses aquí»

Baltasar López

En los tres barrios de la ciudad, todos del Casco, donde más peso tienen estos alojamientos, vecinos y comerciantes tienen distintas visiones sobre el impacto de su crecimiento

De su apabullante dominio da idea que en segundo lugar se situó Málaga, con un aumento del 42,7%. No extraña que la subida de la capital dejara a años luz de distancia las de Andalucía (33,9%) y España (19,2%).

Prácticamente un calco de lo anterior se obtiene al poner la lupa sobre las plazas ofertadas. Se pasó de 5.518 en febrero de 2021 a 8.992 en el mismo mes de 2024. Fueron 3.474 más (+63%). Esa subida porcentual le da un liderato indiscutible, ya que el incremento del segundo, Bilbao, fue del 43,3%. El aumento registrado aquí, además, resultó vertiginoso en comparación con el andaluz (30%) y el nacional (17,1%). El crecimiento en viviendas y plazas en Córdoba se concentró en el último bienio del que hay datos.

Noticia Relacionada

Centro histórico y Campo de la Verdad copan el mercado de las viviendas turísticas de Córdoba

Davinia Delgado

La ciudadl cuenta ya con 1.981 alojamientos de esta tipología, que ofertan 8.992 plazas

La capital pierde notablemente puestos en la clasificación cuando se estudia el peso de los pisos turísticos sobre el total de hogares en cada una de estas quince urbes. En febrero de este ejercicio, los casi dos millares de viviendas para viajeros suponían el 1,27% del global. Eso la sitúa en el puesto décimo de un ranking que encabeza Cádiz, donde el 2,9% de sus hogares son pisos para este fin.

La presencia de estos alojamientos en el conjunto del parque residencial de Córdoba se queda levemente por debajo de la que tienen en España (1,33%) y a algo más de distancia de la que suponen en Andalucía (1,76%).

Hay que tener en cuenta que estos porcentajes se disparan en barrios concretos. Según el INE, en nuestra capital, la mayor tensión se da en calles del entorno de la Mezquita-Catedral (Deanes, Torrijos, Corregidor Luis de la Cerda o Ronda de Isasa). Allí, de cada cien hogares, veinte son ya alojamientos para viajeros. Suma 149 viviendas para este fin.

La zona del Museo Arqueológico, la calle Cabezas o el Monasterio de la Encarnación es la segunda con más peso de este fenómeno: 88 pisos para visitantes, un 18,1% de todos los del enclave. Tercero es el barrio de San Francisco (incluye parte de la Ribera), con 84 alojamientos. Tiene ya uso turístico el 14,1% de su parque residencial.

Cuando el análisis pasa a la cuestión de la presión turística, los resultados son completamente distintos, de acuerdo al estudio dirigido por el doctor Francisco García Pascual, decano de la Facultad de Ciencias Sociales y de la Comunicación de la Universidad Europea. En este trabajo, analizaron los datos de todos los municipios del país de 2022 en esta materia explotando una estadística experimental del INE: medición del turismo a partir de los teléfonos móviles.

En un apartado, los autores estudian los 25 principales municipios turísticos de España -por número de viajeros (españoles y extranjeros) contabilizados en el citado 2022-, que pueden ser capitales o no. En la clasificación que realizan relacionando el número de visitantes con el de residentes -un parámetro para medir cómo impacta el sector sobre un territorio-, Córdoba es la antepenúltima. Su cifra de turistas por habitante fue de 3,8 -fruto de cruzar el guarismo de viajeros (1,22 millones) y el de censados (319.515)-. Es el mismo indicador que obtuvo Valladolid y sólo fue menor en Zaragoza (2,9) y Murcia (2,3).

El primer puesto lo ocupó un destino de sol y playa: Tías (Las Palmas), con 48,4 visitantes por habitante. Otras grandes urbes también superaron cómodamente a Córdoba. Así, Madrid registró 4,5 viajeros por residente; Barcelona, 5,6; Sevilla, 5,1; Valencia, 4,1; Málaga, 4,3; o Granada, 8,2. Nuestra capital también se situó a bastante distancia de la media nacional (5,2).

Expuestos los datos, ABC recabó la opinión de tres expertos, de la UCO: Manuel Rivera, director del Centro de Análisis y Prospectiva del Turismo (CAPT) de esta Universidad; Ricardo Hernández Rojas, profesor en esta misma institución académica y experto en investigaciones de turismo y patrimonio; y Fernando Lara, profesor de Economía Aplicada en la facultad de Ciencias del Trabajo y otro gran conocedor de la materia. Se les plantearon dos preguntas: ¿Considera que la capital tiene un problema con los pisos para viajeros? y ¿cree que la ciudad sufre una saturación de turistas?

Abre el turno del análisis Rivera, que responde negativamente a ambas cuestiones. En la primera, apunta que nuestra urbe «ha tenido un crecimiento muy fuerte y rápido de las viviendas turísticas en pocos años». Pero, advierte, «su oferta en relación con el número de hogares residenciales y la importante extensión de nuestro conjunto histórico en absoluto está suponiendo un problema grave para la ciudad». De lo que se trata, defiende, es de «ordenar y controlar mejor» la oferta de estos alojamientos y «evitar problemas futuros de sobreoferta y excesiva concentración geográfica».

A su juicio, se debe «más que nada aplicar la normativa, que muchas veces no se cumple por incapacidad y, o, voluntad de las Administraciones». Señala que los efectivos de inspectores de la Junta y del Ayuntamiento, de la Policía Nacional o de la Agencia Tributaria son «claramente insuficientes para cumplir la legislación» en cuanto a los dos millares de viviendas contabilizadas por el INE y «menos aún en las clandestinas».

Después, aborda la siguiente cuestión. Indica que, desde diversos grupos de investigación y desde el Centro de Análisis y Prospectiva del Turismo de la UCO, que dirige, «no hemos observado de manera empírica niveles de saturación turística apreciables en Córdoba, salvo en momentos puntuales de la temporada alta de primavera: abril y mayo; sobre todo coincidiendo con fiestas como los Patios».

«Y aún así ello no se debe sólo a la afluencia de viajeros sino sobre todo de excursionistas que no pernoctan», matiza. Hernández Rojas aporta unas respuestas similares. A su juicio, la capital no tiene un problema con los pisos turísticos. Prosigue indicando que no es una cuestión que se deba abordar considerando si hay más o menos alojamientos de este tipo.

«El debate o las acciones a tomar no debe centrarse en su cifra», sostiene. «Es una cuestión de regulación», afirma, para añadir que «podemos crecer, en mi opinión, en número de pisos para viajeros, pero se deberían aplicar las mismas normas para todos los alojamientos, incluidos dichos pisos». «El nivel de exigencia sanitaria para seguridad del propio huésped en un hotel es mucho mayor que en una vivienda turística», argumenta con un ejemplo.

Después, recuerda que el peso de este tipo de alojamientos en el global del parque residencial de la capital es de 1,27%, con lo que «Córdoba no tiene un problema con el número de pisos para viajeros». Alerta de que medidas de limitación de la cifra de viviendas turísticas en la capital serían actuaciones «fáciles y rápidas, pero sería ir contra la propia demanda de los visitantes». «Hay que pensar en el viajero que viene a nuestra ciudad y lo que busca en sus necesidades de alojamiento», reflexiona.

Responde igualmente de forma negativa cuando se le pregunta si considera que la capital sufre una saturación de turistas. «Córdoba lo que tiene es un problema de aglomeración en fechas determinadas y en patrimonios concretos», prosigue.

Hernández Rojas y Rivera coinciden en que se pueden tomar medidas para diluir estas concentraciones, como, por ejemplo, desestacionalizar la oferta para los viajeros o generar nuevos productos para ellos.

Lara tiene una visión diferente. Indica que «Córdoba tiene como todas las capitales turísticas un problema con las viviendas para viajeros», que genera una «afección a espacios de la ciudad o a los cordobeses que quieren alquilar». Señala que las estadísticas reflejan ese «crecimiento acelerado» de esta fórmula de alojamiento en la ciudad. Considera, por tanto, que son necesarias «medidas urgentes». Señala que «lo primero es una regulación adecuada»: «El Ayuntamiento debe ir tomando decisiones sobre las viviendas turísticas en barrios tensionados por éstas o en zonas en las que sin tener dicha tensión ven cómo empiezan a proliferar estos alojamientos».

Antes de actuar, expone, una cuestión «importante» es que el Consistorio «tenga los datos que expliquen la situación y los impactos de este fenómeno en los barrios».

Sostiene que «no se puede hablar» de que hoy exista saturación en la llegada de viajeros. Puntualiza que «sí hay una tendencia al alza de la presión turística». Con la progresión existente, siguió, «llegaremos a niveles de saturación que pueden ser dañinos». Más allá de lo que fijen los indicadores medios de presión, señala que hay que mirar al impacto que ya tiene el turismo en algunas zonas de la capital. Por ello, defiende que hay que ir tomando medidas, si bien reconoce la «dificultad» de señalar cuáles.

Por ejemplo, recuerda que en la capital se ha planteado «poner en valor» otros elementos patrimoniales para aliviar de visitantes el entorno de la Mezquita-Catedral: «Habría que aprovechar medidas de ese tipo para un crecimiento ordenado hacia otros espacios, sin que esos nuevos enclaves se saturen».

Y cree que «la tasa turística no sirve en absoluto para controlar» la llegada de viajeros, pero sí para «generar ingresos» en las ciudades. «Soy partidario de estudiar en Córdoba la implantación de dicha tasa», afirmó.