El grito 'Illa, illa, illa, nos vamos a Las Tendillas' ha empezado a salir de las gargantas y la plaza que representa el corazón de Córdoba se ha vuelto un hervidero de euforia y de pasión, con gritos que elevaban al cielo el nombre de la ciudad y el equipo.
Llegaron precedidos del sonido de los claxones de los vehículos y de las celebraciones en las terrazas de los bares y en las casas que habían gritado los dos goles de Alberto Toril con los que el equipo blanquiverde le ha dado la vuelta al partido.
Una parte de la celebración era en El Arcángel, donde estaban los más de 21.000 espectadores que habían decidido citarse con la historia, pero los que no tuvieron entrada, y eran muchos, ha ido a celebrarlo en el lugar donde siempre son las alegrías blanquiverdes.
Y allí han sido las palmas, los encuentros saldados con abrazos y la alegría por haber retornado al fútbol profesional cinco años después. Sólo falta el momento en que la estatua del Gran Capitán reciba la bufanda blanquiverde en la celebración.
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