El Córdoba CF decepciona en Fuenlabrada y se hunde cada vez más (2-0)

Regresaron las pérdidas de balón, las imprecisiones y las prisas formando un cóctel imposible de digerir. El cuadro de Germán Crespo sacó la peor versión posible a relucir en un día clave para rascar algo positivo. Derrota que puede hacer temblar varios engranajes de la entidad blanquiverde.

Germán Crespo cayó siendo fiel a sus ideas. No hubo sorpresas, otra vez un sistema de 4-2-3-1 con algunas variaciones de jugadores con respecto a los que cayeron ante el Real Madrid Castilla. Así salió el Córdoba a un estadio que tenía el césped en muy malas condiciones aunque eso no fue excusa para el mal partido de los blanquiverdes de principio a fin.  

Ambos equipos salieron muy decididos al campo, eran conscientes de la importancia de sumar. Aunque las esperanzas en los blanquiverdes se empezaron a disipar poco a poco. El Fuenlabrada empezó a acercarse tímidamente a la portería de Carlos Marín y propuso algo más en ataque que sus rivales.

Incluso lo intentó a la contra, pero sin éxito. Al Córdoba le estaba costando entrar en el partido y hacerse con el balón. Se le vio muy perdido sin él. Carracedo abrió el camino con un lanzamiento que se marchó a la izquierda del portero madrileño. Tras los primeros quince minutos, el cuadro de Germán Crespo empezó a dominar un poco más y asentarse en el encuentro.

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Sin embargo, los fantasmas regresaron. La fragilidad defensiva llegó de nuevo a la plantilla blanquiverde. Primero, un remate de cabeza de Fer Ruiz que se quedó solo, libre de marca, ante Carlos Marín. Segundo, una salida de Gudelj que terminó con su quinta amarilla que le impide estar la próxima semana ante la Cultural Leonesa en El Arcángel.

Mientras tanto, el Fuenlabrada seguía con hambre de gol. Aguirre probó suerte con un disparo lejano y, durante unos minutos, se vivió un pequeño intercambio de golpes entre ambos equipos. Con los errores defensivos y las pérdidas en propio campo siempre presentes.

Al paso de la media hora de partido, el ritmo se trabó un poco. El Córdoba estaba pasando apuros con un Fuenlabrada que apretaba y presionaba alto al ver las debilidades del cuadro de Germán Crespo. Ya le tienen cogida la matrícula muchos equipos y saben cómo hacerle daño.

Sonó la alarma. Álvaro García, con un disparo muy lejano, sorprendió a Carlos Marín y puso por delante a los madrileños (1-0, min. 35). Una maravilla de tanto que se colará en el top de la categoría y un jarro de agua fría para el conjunto blanquiverde que otra vez veía cómo el partido se escapaba.

Antes del descanso, el Córdoba tuvo dos ocasiones de peligro. La primera de Jorge Moreno que fue al larguero y la segunda de Antonio Caballero que a punto estuvo de firmar el empate para los cordobesistas.

En la segunda mitad, el Córdoba siguió buscando el gol del empate, pero este le era esquivo. El juego era lento y no se dieron ocasiones de peligro en el comienzo del segundo acto. Entre tanto barro, el Fuenlabrada sacó oro. Cristóbal Márquez aprovechó un error en la salida del balón de los blanquiverdes para marcar el segundo (2-0, min. 53).

Los blanquiverdes se mostraron nerviosos, imprecisos e irreconocibles. En el minuto 60 hizo los primeros cambios dando entrada a Casas, Camus y De las Cuevas. Germán Crespo optó por un cambio de sistema con tres defensas y dos carrileros con el objetivo de meterse otra vez en el partido. En la teoría bien, en la práctica fue otro cantar.

No llegaba con claridad el Córdoba y tampoco parecía sufrir mucho el Fuenlabrada. Un remate de Diarra creó algo de peligro en la portería rival. El balón parado era la mejor opción de los blanquiverdes pues las pocas ocasiones de peligro llegaron por ahí durante todo el encuentro.

A la contra también tuvo sus opciones, pero fueron desperdiciadas de manera incomprensible. A falta de quince minutos para el final, entraron Canario y Carlos Puga para intentar aportar frescura. En ese instante, se marchó Calderón que renovó automáticamente su vinculación con el club tras jugar 45 minutos en Fuenlabrada.

En los últimos minutos, el Córdoba no mostró un excesivo interés por entrar de nuevo en el partido. Faltó la chispa, la intensidad y las ganas. El segundo gol fue un mazazo para ellos del que jamás se pudieron reponer. No daban con la tecla y así quedó reflejado en el campo.

No se jugó a nada más. El Fuenlabrada se conformó con el premio que tenía y el Córdoba no reaccionó. El cuadro blanquiverde agrava su crisis deportiva con una nueva derrota en una fecha clave que tendría que haber sido un punto de inflexión hacia adelante, y no hacia atrás. Le espera una dura semana al conjunto que, hasta el momento, dirige Germán Crespo.