Lugares con historia
¿Conoces la mítica casa campestre de Córdoba en la que Góngora pudo escribir 'Soledades'?
El lugar constituye uno de los lugares gongorinos de culto, si bien actualmente se encuentra en un lamentable estado de ruinas
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D.Delgado
Córdoba
A unos tres kilómetros al noroeste de Córdoba, tras recorrer un camino al que se accede por el barrio Naranjo a través del Castillo del Maimón, y tras cruzar el Puente de Hierro, se encuentra un mítico enclave en el que eruditos como ... José Pellicer de Ossau Salas y Tovar, Miguel Artigas, o el historiador literario Emilio Orozco, aseguran que Luis de Góngora y Argote compuso algunos de sus mejores composiciones, como 'Soledades' o 'La fábula de Polifemo y Galatea'.
Se trata de la Huerta de don Marcos, un paraje en el que antaño se levantaba la casa que, según los estudioso, el poeta cordobés tomó en arrendamiento en 1602, y que sería la trastienda de algunas de las creaciones más célebres del insigne autor.
Por desgracia, según lamenta Manuel Ramos Gil en su obra 'Casas señoriales de Córdoba', «esta bella residencia campestre, situada cerca del arroyo de Pedroches, se encuentra hoy en día en un lamentable estado de ruina». También desaparecieron las casas en las que don Luis de Góngora falleció, edificios ubicados al inicio del a calle de Sánchez de Feria, y en cuyo solar se construyó el centro Zalima.
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Volviendo a la legendaria huerta, en ella existía un importante molino de aceite y una huerta, abastecidos por las aguas de un caudaloso manantial que nacía bajo la propia hacienda. Según la filóloga clásica e hispanista Amelia de Paz (que plantea serias duda sobre que Góngora compusiese en la citada finca), la Huerta de don Marcos, antes de que la alquilara el escritor cordobés, fue propiedad de una doña Elvira, que la legó al Cabildo catedralicio de Córdoba en 1245. «De suelo, árboles, olivares, viña, casas con viga y piedra paramoler aceituna, torre, entradas y salidas, pertenencias y derechos de aguas fue la cesión en este caso», explica De Paz.
Arriendo «por dos vidas»
Desde finales del siglo XIX se conocía que Góngora la había tomado en arriendo en 1602. Fue el 17 de junio de aquel año, «por dos vidas», la del poeta y la de su sobrino don Luis de Saavedra, que entonces tenía doce años. «Se remató en 18.000 maravedís anuales, con sus pares de gallinas. Góngora hubo de abonar además en el acto 600 reales por los frutos pendientes».
En 1607 y 1613, Góngora tuvo subarrendada la huerta a sendos hortelanos de los que podía cobrar en efectivo o en especie, y en 1623, mientras él se encontraba en Madrid, su coadjutor hizo lo propio.
Hoy en día, nada o casi nada queda de aquel idílico paraje que pudo servir de inspiración al escritor. Se ha convertido en un patrimonio olvidado en el que, de haber vivido Góngora en estos tiempos, no hubiera recibido la visita de las musas.
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