La cifra de parados que llevan más de dos años sin trabajo experimenta una caída del 15% en Córdoba

De acuerdo a este informe, en Córdoba a 31 de diciembre de 2022, se contabilizaban 17.220 desempleados que acumulaban más de dos años sin poder lograr un empleo. Son algo más de tres millares menos que a la misma fecha de 2021 (20.282). Eso implica, que este colectivo adelgazó un 15,1%.

Noticia Relacionada

Construcción y hostelería tiran de un alza del 2,4% del empleo en Córdoba capital

Baltasar López

Hasta junio, destacan las subidas de electricistas o fontaneros (8,4%) y de empleados para acometer edificios (7%)

De la potencia de la reducción da idea el hecho de que en el conjunto de nuestro territorio la cifra de parados experimentó un retroceso del 4,1%. Fueron nueve puntos menos. Eso sí, hay que matizar que no todo el mundo que sale de las listas del desempleo es debido a que haya encontrado trabajo. Entre las bajas, habrá personas que se hayan jubilado -entre los parados de larga duración (los que acumulan más de un año sin conseguir una ocupación), son clara mayoría los que tienen más de 55 años- o también habrá cordobeses que hayan emigrado. No obstante, el dato es muy positivo.

Es el mayor retroceso en la última década experimentado entre quienes sufren con más fuerza el impacto de esta lacra. Los últimos diez años han estado marcados para quienes acumulan más de dos años sin trabajar por los descensos. No en vano, fue un periodo en el que dominó el ciclo de recuperación que siguió a la larga crisis financiera que se desató en 2008.

Así, en 2013, cuando se empezaba a atisbar la salida de la citada recesión, arrancó un sexenio de merma del número de integrantes de este colectivo. A la conclusión del citado ejercicio, en la provincia había 22.615 personas en esa complejísima situación.

Con la recuperación de la economía avanzando, este colectivo disminuyó hasta conformarlo a la conclusión de 2019 un total de 15.966 cordobeses. Pero la crisis del Covid enfermó esa saludable evolución. El año 2020, la provincia lo finiquitó con 19.939 parados en esa situación. Esa cifra implicaba que fueran casi cuatro millares más que 365 días antes, con lo que el aumento rozó el 25%.

Y en 2021, este grupo de desempleados siguió engordando, pese a que la economía sí se anotó una recuperación. Cuando las campanada despidieron ese ejercicio, había 20.282 personas que acumulaban más de dos años sin trabajar. Esa cifra suponía un incremento del 1,7%. Ese bienio negativo lo corta el resultado de 2022.

Pese a que el descenso del pasado ejercicio ha sido más que positivo, sigue siendo enorme el peso de quienes más tiempo llevan atrapados entre las garras del paro sobre el total de los afectados por esta lacra. De los 62.664 desempleados que tenía la provincia a 31 de diciembre del pasado ejercicio, suponían el 27,5%. Es un formidable número de ciudadanos que están en una delicada situación económica, que es una peligrosa puerta abierta a caer en la exclusión social.

Es el grupo más numeroso entre los inscritos en las oficinas de empleo por estos lares. A mucha distancia, se sitúa el segundo con más efectivos: es el de los cordobeses que llevan entre más de un mes y un trimestre sin lograr empleo. Eran 11.503, un 18,4% del conjunto de los desempleados.

El trabajo del SEPE también da información de otro colectivo en el que el impacto de la falta de empleo es especialmente preocupante: el de quienes no han logrado conseguir trabajo en un periodo que oscila entre más de 12 meses y los dos años.

A la conclusión de 2022, eran 7.939. En el mismo momento de 2021, esa cifra se elevaba hasta los 8.749, con lo que el descenso que se produjo fue del 9,3%. Cuando finalizó el pasado ejercicio, suponían prácticamente trece de cada cien personas que no lograban una ocupación en nuestra tierra. Un año antes, ese porcentaje era algo mayor y se situaba en el 13,4%.

Estos dos colectivos conforman el grupo de los parados de larga duración, que, como se ha indicado, son quienes llevan más de un año tratando de encontrar una ocupación sin éxito. La suma de ambos arroja el dato de que, de acuerdo al último indicador disponible, había 25.159 cordobeses que llevan más de 365 días sin poder trabajar. Suponían el 40,1% de todos los desempleados.

El estudio del SEPE hace una seria advertencia de la gravedad de caer en un periodo tan prolongado de inactividad. En su informe, avisa de que «en 2022 los contratos que se firmaron por parados que llevaban demandando empleo durante más de doce meses fueron el 6,3% del total frente al 40% de la vinculaciones laborales formalizadas por quienes llevaban desempleados menos de un mes».

Estos guarismos, advierte este trabajo, evidencian que «las posibilidades de contratación son inversamente proporcionales al tiempo transcurrido como demandante de trabajo; es decir, a mayor tiempo en desempleo, menos oportunidades de hallar una ocupación».

Eso sí, pese al contundente descenso que protagonizó el grupo de quienes llevaban más de 730 días atrapados por esta lacra, no fue el colectivo que más adelgazó. El que logró el mayor descenso fue el de quienes llevaban menos de un mes desempleados, que cuantitativamente es el más pequeño. Su último dato disponible reflejaba que había 6.336 cordobeses en esa situación. Eran 1.945 menos que un año antes (-23,5%).

Al otro lado de la balanza, se colocó el único grupo que se anotó incremento, y que, además, lo hizo de una forma más que contundente. Fue el de los parados cuya demanda de empleo acumula entre más de seis meses y un año. Al dar las campanadas de 2022, se contabilizaban 10.225. Esa cifra había engordado en 365 días en 4.310 ciudadanos. El estirón fue casi del 73%.

El aumento de este conjunto de personas sin trabajo es especialmente preocupante, porque están ya en el rango temporal que es antesala a entrar en el desempleo de larga duración. Y, como dejó claro el trabajo del SEPE, a más tiempo en las garras del paro, mayores dificultades para poder salir de él.