SUCESOS
Ciudad Jardín, seguridad en una Torre de Babel
La Asociación de Vecinos Nueva Ciudad Jardín denuncia que hace años que viven «encapsulados» unos 18.000 cordobeses en este barrio enevejecido y con ell mayor número de inmigrantes de la capital
Detenido un ladrón tras apuñalar al dependiente de un bazar de Ciudad Jardín a Córdoba
Córdoba
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Iniciar sesiónEl parque Juan Carlos I a las espaldas del Rectorado en la vetusta Facultad de Veterinaria a las 11.00 horas de la mañana está tranquilo apenas una mujer paseando a un perro con paraguas mientras una vecina entra comprar Nescafé al bazar chino ... de la esquina. Es una calma tensa porque el trabajador de ese local aún tiene el miedo en el cuerpo y cuatro puntos de sutura en el cuello después de que el pasado miércoles un ladrón le apuñalara delante de unos niños pequeños, simplemente porque le recriminó que se llevara un mechero sin pagar.
La Policía Nacional detuvo rápidamente al autor del intento de homicidio, que según este hombre está en prisión, mientras ya se pueden ver las cámaras de seguridad de este bazar que se encuentra en la esquina de la calle Albéniz con Antonio Maura. Este miércoles una patrulla vigilaba junto al ciprés de la emblemática plaza de Ciudad Jardín un día cualquiera en este barrio.
A los vecinos los conoce bien Isaac Palomeque, que lleva casi medio siglo en el estanco que regentaba su padre en la esquina de Costa Sol. El cambio social en el barrio en las últimas décadas ha sido «brutal», apunta Palomeque, «antes era un barrio con otro tipo de ciudadanos; otro tipo de infraestructuras de bares; era un barrio muy bueno, de nivel. Llegaban famosos, toreros, hasta el presidente del Gobierno Adolfo Suárez».
«Con la apertura de las fronteras y la llegada masiva de inmigrantes en las últimas décadas, -muchos de ellos no vienen a trabajar y ese es el problema, la cosa ha ido a peor», atestigua este propietario del estanco.
El ambiente por las noches se «enrarece»
«El ambiente por las noches se enrarece, da miedo salir a las 2 de la mañana; no se puede salir, sólo ves grupos de personas extranjeras, georgianos o latinos trapicheando«, dice otro camarero de un establecimiento de hostelería próximo a Costa Sol.
Los comerciantes perciben esa falta de seguridad que no es nueva pero si que acumula una mala racha este año, sobre todo, por el número en un radio muy pequeño de calles donde se registran altercados con uso de armas blancas.
Cuenta Pedro Rodríguez, propietario de una zapatería, lleva 20 años en la calle Antonio Marua, que «cada vez hay más pandillas, más gente ebria, y que no lo controlan, las patrullas pasan pero pueden hacer poco, y esas pandilla campan a sus anchas; hay falta de civismo».
«Hace poco, un intengrante de una pelea cerca se vino a por mí, sin más motivo. Los jueves y los viernes son los días con más movimiento de gente por las noches. Hay más delincuencia esos días pero con gente de fuera del barrio, que además viene con el trapicheo; hay trifulcas y los vecinos las ven y las padecen. Cuando no es de seguridad es de limpieza« lamenta este comerciante del barrio.
Los taxistas de la parada de Costa Sol también reconocen que sienten «miedo» de madrugada. «A veces te piden un taxi y no sabes quién va detrás. Te piden que te esperes y no sabes si luego te van a pagar o si lo que han ido es a comprar droga», en esas nos encontramos.
Estos extremos no son nuevos, denuncia el presidente de la Asociación Nueva Ciudad Jardín, Antonio Gallego. «El problema viene de atrás, no de ahora, sólo que en los últimos meses en un entorno de varias calles se han producido tres ataques con arma blanca», añade el representate vecinal.
No se trata de un problema de seguridad sólo, es decir, «si traemos a todo el Ejército seguiría sin solucionarse porque es endémico, es un barrio encapsulado, con edificios antiguos que atraen a inmigración, a veces no en las mejores condiciones, con unas infraestructuras antiguas, obsoletas, con problemas de aparcamiento y con necesidad de reformas en el comericio», añade Gallego.
«Semanalmente trasladamos nuestras demandas al Ayuntamiento de Córdoba, no hay que buscar culpables ahora porque han sido varios gobiernos los que han pasado por alto el barrio, sus acerados, arbolado, su asfaltado, pero sí hay que darle una solución a sus vecinos«, añade el presidente de Nueva Ciudad Jardín.
Gallego recuerda que «no hay que olvidar que el tener estos edificios antiguos conlleva que viva gente con bajo poder adquisitivo, en su mayoría pensionistas, o con rentas por ingreso mínimo vital, subsididos por desempleo... no hay nada más que fijarse en los coches que hay aparcados, sus marcas, su antiguedad, eso no pasa en otros barrios«.
Otro de los comerciantes, el dueño de una joyería desde el año 1997 asegura que sí percibe más seguridad que hace otros años, «vemos a niños en carrito», eso es una esperanza. «Vemos chicos de otros sitios, y te queda la cosa que se reunan para otra cosa».
El problema que sí noto es que ya el vecindario no es lo que era. Antes nos ayudábamos todos, ahora no. «Yo en 2015 sufrí un butrón en la joyería; los ladrones hicieron un agujero enorm en el hueco de la escalera del portal de al lado, ¿y nadie se da cuenta? Sí que hay desidia entre los vecinos.
«En la plaza de Costa Sol hay buen ambiente, no hay más inseguridad que otro barrio de Córdoba, cuando entro aquí estoy más seguro que en otro sitio. Antes nos autoprotegíamos entre los vecinos, ahora no interactuan los vecinos, pero no noto más inseguridad que hace cinco años«, aclara este joyero.
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