Ciudad Jardín recibe con escepticismo los repetidos planes de mejora del Pleno: «El barrio se está muriendo»

El descontento de los habitantes del conocido barrio se topa con una inacción institucional que queda perfectamente reflejada en un círculo vicioso capaz de dejar al día de la marmota en simple aprendiz: desde el año 2016, y contando el actual, se han aprobado en el Consistorio cuatro planes integrales de rehabilitación. Los tres anteriores no se llegaron a poner en marcha, por lo que existen sobradas razones para desconfiar del presente.

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«Como siempre, no se terminan de hacer las cosas, y no sólo en este ámbito de Ciudad Jardín», añade Álvarez, quien regenta un negocio inaugurado en 1980 y observa la decadencia del barrio en este aspecto: «Hay muchos comercios cerrados, cada vez hay menos en general, y sin embargo más y más apartamentos turísticos; hace equis años había muchísima actividad y clientes que venían exclusivamente a Ciudad Jardín a comprar... y hoy es una pena, se está muriendo el barrio».

El declive de Ciudad Jardín viene de lejos. Por tal motivo, en el año 2016, con Isabel Ambrosio como alcaldesa, y a propuesta del PP, todos los grupos políticos aprobaban un plan de regeneración urbana que se basaba en otro anterior de la época de José Antonio Nieto como alcalde.

Entonces la Agencia de Ecología Urbana de Barcelona elaboró un proyecto con peatonalizaciones y semi-peatonalizaciones para este barrio, considerado como punto de partida, pues la intención era llevarlo al resto de la ciudad.

Precisamente, el asunto de las peatonalizaciones se recogió en otro plan de rehabilitación aprobado por el Pleno en 2018, curiosamente sin fechas ni presupuesto. En aquel entonces incluía la peatonalización de la calle Antonio Maura, una de las principales arterias para la circulación.

La medida generó un gran rechazo, con miles de firmas en contra. Poco antes se había descartado la de Camino de los Sastres. El plan era una forma de contrarrestar esas protestas.

En el año 2022, ya con José María Bellido en el Ayuntamiento, volvía a proponerse otro plan que incluía medidas de todo tipo, desde el apoyo al comercio hasta el combate a las llamadas islas de calor, pasando por la pavimentación y mejora del mobiliario urbano.

Y en este eterno retorno, el pasado jueves 13 de marzo, era el PSOE el que llevaba al Pleno otro plan que incluía instalación de ascensores, un aparcamiento en la Plaza de Toros, labores de limpieza y apoyo al centro comercial abierto.

Precisamente, el presidente del Centro Comercial Abierto Ciudad Jardín, Ramón Luque, declara estar a la expectativa de que el Ayuntamiento contacte con su asociación a propósito del plan integral: «Me enteré de la noticia poco antes de que se publicara en los medios».

Para Luque «el barrio ya no es lo que era, necesita mucha reforma, no es solamente arreglar una calle, para eso es necesario un plan integral, pero claro, hay que hacerlo, porque no es la primera vez que suenan campanas». El representante comercial demanda sobre todo aparcamientos, aunque sea en la periferia del barrio, y mejoras en el acerado y la iluminación.

La presidenta de la Asociación de Vecinos Nueva Ciudad Jardín, Pilar García, ya está analizando el plan, aunque está a la expectativa de ver si se desarrolla, habida cuenta de los antecedentes: «Aprueban planes, aprueban planes... y ya está, no han descubierto nada, al final es cuestión de política».

Los vecinos ven que no hay avances sustanciales aunque se prometan actuaciones. García sin embargo cree que la mejora del barrio no pasa necesariamente por un proyecto global, ya que hay aspectos como la limpieza o arboleda que están bien atendidos, por lo que a su juicio, y así lo demandan los vecinos, los esfuerzos deben localizarse en una mayor presencia de la policía de barrio y mejor iluminación, con el objetivo de favorecer la seguridad.

Uno de los establecimientos más veteranos del barrio es el estanco situado en la parte de acerado bajo de la calle Alcalde Velasco Navarro, la expendeduría número 85 de Córdoba, a cargo de José Navarro, quien lo regenta desde hace casi 40 años. Recuerda que, tras algunas obras en las calles cercanas hace años, «no han vuelto a pasar ni para hacer mantenimiento».

Ve problemas en el acerado y las podas del arbolado, pero sobre todo urge la pavimentación: «Algunas carreteras tienen muchos años y tienen hasta agujeros, también hace falta mejorar el acerado y la limpieza».

El estanquero manifiesta no estar al tanto de los planes integrales, al igual que el dueño de una de las tabernas señeras del barrio, que prefiere permanecer en el anonimato: «El barrio era de lo mejorcito y se ha ido degradando, porque además los vecinos envejecen y se van de aquí».

En dos puntos distintos, la avenida Gran Vía Parque y el parque Juan Carlos I, dos vecinos, Rafael y Maite, pasean a sus respectivos perros. A ambos sólo les suena lejanamente el asunto de los planes integrales.

«Ciudad Jardín está yendo a ser otra cosa distinta a lo que fue, debido a la concentración de inmigrantes por cuestiones económicas», considera Rafael, quien lleva en el barrio desde los años 90. Maite, en la tercera edad, recuerda la transformación paulatina del barrio a mejor desde los años 60: «El problema del comercio, que no es rentable, y de la vivienda, hacen que el barrio se vaya deteriorando y empobreciendo».