EL NORTE DEL SUR
Chiqui, la pancarta
Política de raza, se mueve como pez en el agua en el remolino de sus propias contradicciones y hace virtud de sus meteduras de pata
María Jesús Montero: «Moreno se ha puesto nervioso porque un PSOE fuerte y unido es invencible»
Intranquiliza a los de enfrente. Y lo sabe de sobra. Es probable que le vaya a faltar tiempo, audacia, talento y respaldo interno suficiente para convertirse en una candidata firme a destronar al presidente de la Junta de Andalucía pero desde luego sí que ... tiene el nervio, la ambición y el desparpajo necesarios para al menos abrirle una grieta a la mayoría absoluta. No había nada más que verla o escucharla el otro día en Puente Genil, en el congreso provincial del partido. Es consciente de que despierta tantas pasiones como rechazo, que no deja indiferente a nadie, que para eso ya hemos tenido a su antecesor en el puesto. Política de raza, se mueve como pez en el agua en los remolinos de sus propias contradicciones y hasta de sus meteduras de pata es capaz de hacer una virtud que los suyos saben apreciar con el aplauso y la jarana del pabellón enardecido que por fin encuentra una referencia. Un caballo ganador. Es capaz de poner en duda con todas las letras la presunción de inocencia y pedir disculpas con la boca pequeña al día siguiente sin que parezca que se ha arrepentido del todo de la pifia. Defiende el habla andaluza como si Juanma Moreno tuviera acento gallego, presume de vestirse de gitana como si no hubiera consejeras y alcaldesas del bando contrario con peineta y mantoncillos, escarba en la miseria trasnochada del analfabetismo y la haraganería como si el Puerto de Málaga o Rabanales 21 no existieran. Maneja el tópico, la distancia corta, la retranca y el cuarto trasero con la habilidad del perro viejo que sabe que el paso ha de ser firme y la vista y el objetivo largos. San Telmo, claro. El arma con el que ataca es la estridencia, la exageración que linda con el populismo: de lo que se trata es de convencer a los ciudadanos de que la vía de la moderación no lleva a ningún lado, que es una falacia, una trampa que esconde privatización, desgobierno y sectarismo, y que todo esto de la alternancia ha sido una anomalía histórica. Y de que ya ha llegado la hora de que vuelvan los que se marcharon por una carambola del destino.
Va a ir con todo. Y tratará de abrir el boquete por lo que mejor conoce: por la joya de la corona de la que se preciaba cuando se sentaba en los consejos de gobierno y de la que le consta que no le faltan listas de agraviados, de espera, de insatisfechos. Si en Sevilla dejó que se pudriera el Hospital Militar, ya resucitado, aquí en Córdoba aún resuenan las quejas de la plataforma 'No me quites mi Hospital' en la que cristalizó hará quince años el enfado de los pacientes y de los profesionales por el inconcluso -es una forma suave de decirlo- Plan de Modernización del Reina Sofía. Ahí siguen las obras del Materno-Infantil tanto tiempo después. Oye, que eso no venía en las pancartas del sábado. Chiqui.
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