Un certificado de titularidad, el documento que mantiene paralizada la Biblioteca del Estado de Córdoba

Si el Ministerio de Cultura pasó esta semana la pelota de nuevo a la administración autonómica para que pusiera ya en marcha las instalaciones de los Jardines de la Agricultura, este jueves, la Junta ha alzado la voz para señalar al departamento que dirige Miquel Iceta como único causante de que su inauguración continúe 'sine die'.

Así, en una comparecencia ante los medios, el delegado de Cultura de la Junta en Córdoba, Eduardo Lucena, que ha estado acompañado por el técnico coordinador del proyecto, Carlos Jaén, ha sido claro: «La apertura es inviable porque para subrogar los contratos de suministros y mantenimientos, como electricidad, saneamiento y demás del edificio, necesitamos el documento que certifique la cesión del edificio a la Junta por parte del Ministerio, lo que viene siendo un documento de titularidad».

En este sentido, Lucena, quien afirma que este escrito «se viene pidiendo desde hace bastante tiempo», ha asegurado que «por nuestra parte, lo tenemos todo listo para, una vez tengamos ese escrito, iniciar la mudanza -que se licitó por 38.395,78 euros-», esto es, el faraónico traslado de los 244.000 volúmenes que la Junta tiene que transportar desde la Biblioteca Provincial de Córdoba, en Amador de los Ríos, a la nueva instalación. El plazo estimado para ello será de seis semana (65 días hábiles).

En total, tienen que trasladarse 70.000 documentos que pertenecen al Patrimonio Bibliográfico de la Biblioteca Provincia: 30.102 libros y folletos, 671 manuscritos, 139 mapas, 103 grabados, 156 partituras y 555 títulos de diarios y revistas. Además, también hay que llevar al nuevo edificio material de oficina, fotocopiadoras e impresoras, estanterías, equipos informáticos...

Para el delegado, «hoy nos encontramos en un enfrentamiento irreal. Quizá en marzo, cuando se llevó a cabo la entrega simbólica de las llaves del edificio, el ministro, con las prisas, se las llevó y también el documento que nos falta», ha indicado. Toda este «juego político», según Lucena «nos ha llevado a contar con un cronograma sin fechas para la Biblioteca del Estado». «El Ministerio de Cultura no ha querido endosar con calzador la responsabilidad, y no está siendo ni transparente ni honesto».

Por su parte, el técnico coordinador, Carlos Jaén, quien fue designado para el cargo el pasado 6 de julio, ha informado de que el pasado 12 de septiembre se llevó a cabo una reunión con las partes implicadas en el proyecto para conocer las cuestiones pendientes, y en dicha mesa se hizo constar de nuevo la necesidad de contar «con un documento fehaciente que certifique que somos los titulares a efectos de mantenimiento, conservación, uso y explotación; un escrito que se englobe en el convenio de cesión de las instalaciones».

Ahora mismo sólo se dispone del acta de recepción en la que se dice que el complejo pasará a manos de la Junta, «pero eso no nos sirve para subrogar los contratos», afirma Jaén.

Lo primero que se hará con el ansiado documento, según Jaén, será subrogar el contrato de energía eléctrica «para poder utilizar los ascensores en la mudanza, de la que se encargará la empresa López Pacheco».

El técnico, que espera que se pueda empezar a trabajar «la próxima semana», tras el compromiso del Ministerio de facilitar el certificado lo antes posible, estima que no se tardaría mucho en contar con electricidad y comenzar a llevar los libros. «La firma que se encargará de los traslados nos ha indicado que se culminarán en 65 días, pero creemos que se puede acabar antes, eso sí, cumpliendo con las garantías preceptivas con todos los documentos», especialmente, con los más sensibles.

Además de tener cerrada toda la logística de la mudanza, la Junta también ha dotado ya al edificio del plan de emergencias y autoprotección (cuyo borrador se mandará la semana que viene) y espera comenzar lo antes posible con la formación interna del personal que trabajará en la Biblioteca, «ya que se trata de un edificio que funcionará con sistemas electrónicos que los empleados deben conocer».

La señalética, que depende del Ministerio y sigue pendiente, «se puede realizar a la vez que la mudanza, no importa que se solapen», ha apuntado el técnico.

La primera que concibió este equipamiento fue la socialista Carmen Calvo en 2004. Su materialización en un proyecto no llegó hasta 2010. La crisis acabó con la idea. El proceso no se reinició hasta 2014, pero aparecieron restos arqueológicos que detuvieron el ritmo de la obra. Por este motivo, se hizo un proyecto modificado. La primera piedra se colocó en 2019. La obra gruesa acabó a principios de 2022. El ministro de Cultura llegó a aventurar que estaría abierta en diciembre de ese año.

No ha sido hasta el pasado 20 de marzo cuando el ministro de Cultura y el consejero de Turismo, Cultura y Deporte, Arturo Bernal, escenificaron en Córdoba la entrega oficiosa del Gobierno central a la Junta de Andalucía de las instalaciones, que llevarán el nombre de Grupo Cántico, y cuentan con 6.400 metros cuadrados útiles y tres plantas.

El Gobierno andaluz había licitado el traslado y confiaba en que se culminara en un mes y medio, al tiempo que se tramitaba la licencia uso. Sin embargo, el edificio, que ha supuesto una inversión de unos 20 millones -el doble de los proyectado en un principio-, continúa a día de hoy cerrado.