La cofradía trinitaria tiene caseta en la Feria de Córdoba desde hace más de cuatro décadas. «Es igual que hace 42 años, cuando la fundaron unos 'locos' y seguimos haciéndolo igual que siempre. La montamos, la desmontamos y en los turnos hay cerca de 150 personas», resume.
Es lo que se hacía en casi todas partes en los años 80, cuando empezaron, y lo que se ha ido perdiendo en estos años en que lo habitual es externalizar muchos o todos los servicios que hacen posible que las casetas abran. Desde sus inicios es una de las más populares de la Feria.
Es trabajo, pero también fraternidad y vivencia, y una organización muy bien pensada en que los hermanos ponen lo mejor de sus habilidades para cocinar, servir, limpiar y conseguir que la caseta deje el mejor rendimiento para la hermandad, su vida espiritual y su obra social. Un jefe de cocina y otro de barra controlan todo.
Él mismo muestra cómo sus hijas acudieron cuando eran bebés y siguen disfrutando de ella. El resultado es lo que tantas generaciones conocieron en la Feria de Nuestra Señora de la Salud: «Hay sevillanas, rumbas, pimientos, tortillas y un ambiente muy familiar y un ambiente muy familiar».
En la época en que la Feria de Córdoba se cuestiona su modelo y cuando la gestión de todo el trabajo está profesionalizada, 'El Esparraguero' sigue fiel al estilo y con la nutrida respuesta de los visitantes, que no la dejan vacía en ningún momento. Casi 300 reservas para comer cada día dan fe de ello.
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