Carmen Arias: «Exigir notas altas para Medicina excluye a buenos profesionales»

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Arias atiende a ABC en el Parador de Turismo, justo en la jornada en la que quedó inaugurado el Congreso de la Sociedad Española de Pediatría, que ha reunido hasta ayer en la ciudad a más dos mil especialistas. «Siempre, toda mi vida, he estado haciendo más de dos cosas a la vez», bromea la doctora, que acaba de quitarse por unas horas la bata blanca en la consulta del municipio de la Sierra en la que presta servicio.

-Podemos estar tranquilos, entonces: quien lleva el timón del Colegio de Médicos sabe bien de qué va la profesión, porque es usted una médico de pueblo en estado puro.

-Siempre me ha gustado. Lo llevo en la sangre. Pero no soy la única. Bernabé [Galán] también lo era, como Jesús [Aguirre]. Quizás esto sea porque llevamos más la profesión dentro, más que los de Medicina Nuclear, por ejemplo. Quizás se siente todo de otra manera cuando estás tan cerca de los pacientes.

-Cuando era consejero de Salud, Aguirre solía decir que para gestionar bien los hospitales, para tomar decisiones que los humanizaran, había que entrar en ellos no de pie sino tendido o sentado, como entran los pacientes.

-Como siempre, una buena reflexión de nuestro Jesús, que tiene alma de médico rural, como demuestra en cada puesto que está. Tengo pacientes que no entienden que yo esté ejerciendo en el pueblo en vez de en otro sitio. También me ocurre con algunos compañeros. No lo haces por dinero. Allí haces de todo... A mí me han traído a la consulta hasta cartas para traducir, me han pedido cosas que no tienen nada que ver con la Medicina. Y si puedo ayudarles, les ayudo.

-¿Y eso también cura?

-También cura, claro. Si la población no se pone mala es porque los estás cuidando día a día y ellos saben que estás ahí para ayudarles en lo que necesiten.

-¿Qué es lo más bonito que le ha dicho un paciente?

-Tantas cosas... No podría decir solo una. Me han escrito cartas muy bonitas. El otro día atendí a un chico en el lugar en el que tuvo un accidente de tráfico, le cogí la mano, y me decía: 'Te quiero mucho, te quiero mucho'. El chico se ha recuperado. A la gente, cuando está en esas situaciones, hay que llamarla por su nombre y darle cariño. Le decía, allí mismo: 'Pero niño, con lo guapo y apañado que eres cómo es que te ha pasado esto...'.

-La Junta denomina a las zonas rurales más complejas 'de difícil cobertura', por los problemas que tiene para destinar allí a profesionales.

-El otro día acogí en mi plaza una rotación de médicos rurales, jóvenes que vienen a aprender de lo que yo hago y luego me los llevé a comer y les pregunté que, en vista de que les quedaba poco para terminar la formación, qué destino iban a escoger: la mayoría me dijo que querían hacer puerta de hospital. No quieren venirse a un pueblo, porque estás vendido: trabajas con una incertidumbre muy grande, asumes un riesgo enorme, mientras que en un hospital, por muy desbordado que estés, cuentas con todos los recursos. Eso me da mucha pena.

-Usted fue de la primera promoción de Medicina que entró por el filtro de Selectividad. ¿Tiene sentido la locura de notas que le piden a un estudiante para acceder a la carrera para convertirse en doctor?

-Lo importante es que exigir esas notas tan altas a lo mejor deja fuera muchas vocaciones de médicos, por lo que creo que habría que replantearse esa puerta de entrada a la Medicina. Ahora, la exigencia es académica exclusivamente.

-¿Y no debería ser solo así?

-No. A lo mejor, no. A lo mejor tendríamos muy buenos profesionales sin exigirles unas notas tan elevadas.

-La Junta de Andalucía se queja de que el Ministerio no da soluciones para cubrir con MIR las plazas vacantes para este verano. Y la consejera de Salud asegura que quiere mantener los centros de salud abiertos, pero insiste en que necesita profesionales.

-Aquí no hay administraciones culpables o no culpables: lo importante es tomar conciencia de la salud de los pacientes. Además, cada uno tiene que tomar una actitud responsable acerca de su salud. No hay que dejarlo todo en manos del médico. Cuando un paciente llega con un problema respiratorio y lo ves fumando... Luego, los residentes tienen un tramo de formación por ley. Hay otro asunto importante: si aquí se va la población en verano, en agosto, de vacaciones, lo lógico es que haya menos presión asistencial en la capital. Lo que hay que hacer es redistribuir los recursos, o reforzar algunas zonas que se sobrecarguen. No lo sé, es una situación complicada, la verdad.

-Las protestas laborales de los sindicatos no le dan tregua al Gobierno regional. ¿Ustedes, desde el Colegio de Médicos, han notado un cambio sustancial en la gestión sanitaria de Andalucía?

-Lo de sustancial siempre es complicado. Nosotros venimos notando desde 2008, con la crisis, una bajada de sueldos, una presión tremenda desde arriba, sobre todo en la Atención Primaria, que es por donde entra todo. Nos rebajaron el sueldo un treinta por ciento. Luego vino el Covid, y salimos al quite, y pasó lo mismo. Más presión. Es verdad que desde hace unos años nos hemos ido recuperando. Antes, en Andalucía, estábamos en la cola a nivel de sueldos. Ahora estamos en la mitad de la tabla. Es verdad, entonces, que si me pregunta si hemos mejorado, pues es cierto, y además se está luchando por fidelizar a los profesionales. Pero no es suficiente.

-¿La Administración sanitaria es un monstruo de siete cabezas que por mucho dinero y mucho esfuerzo que se inviertan siempre dará problemas y siempre dejará a gente, pacientes o profesionales, descontenta?

-Sí, siempre. Y además no está tan dotada como pudiera parecer. Y si ampliamos la cartera de servicios pero no ampliamos proporcionalmente el personal y la inversión,... pues es difícil... Pero el camino que llevamos es positivo.

-Está reciente una polémica por los sueldos de los médicos: el Servicio Andaluz de Salud (SAS) dijo que ganaban 97.800 euros al año y los sindicatos se le echaron encima.

-La lista de lo que que cobramos es pública.

-¿Ganan ustedes muy por encima de un trabajador medio?

-No, qué va. En absoluto. El sueldo base son mil y pico de euros.

-¿Y el real?

-Eso ya depende de lo que trabajes, de las guardias que hagas.

-Esta misma semana se ha producido una agresión a un profesional en un centro de salud, en Fernán Núñez. ¿Es un mal endémico?

-Tolerancia cero. Ninguna violencia puede permitirse. Estas situaciones suelen darse en la Atención Primaria, porque la accesibilidad es absoluta. Lo que no puede ser es darle al paciente la sensación de que todo lo tiene a su alcance, de que se le puede recetar lo que quiera: si va a la consulta y le dices que puedes llegar hasta aquí y no más allá, pues ya se lió.

-No se moleste, pero el estigma del corporativismo sigue pesando sobre los médicos, ¿no cree?

-Creo que no lo es ya. El corporativismo es autoprotegerse, y justamente desde el Comité de Ética y Deontología lo que vemos es justo lo contrario, problemas entre médicos, no de que se tapen unos a otros. Es verdad que tenemos una profesión muy dura: cuántas veces tienes que asumir los pacientes del compañero que está enfermo y de baja cuando acabas tu jornada, pero qué haces, ¿dejas a los pacientes sin ver? Tendríamos que mirar por nuestra profesión nosotros mismos, y defender la atención al paciente de forma personalizas. Pero tenemos guías clínicas, la necesidad de dar los tratamientos más económicos sí o sí... una cantidad de cosas que te hacen ejercer la medicina de una forma muy encorsetada».

-Jesús Aguirre, Marina Álvarez, Maribel Baena, Valle García, José Manuel Aranda. ¿Qué tiene la sanidad cordobesa para que llame la atención en Sevilla y la reclamen para puestos de alta responsabilidad públicos?

-Hay compromiso y gente muy válida. Nuestro grado de implicación es muy alto. Tenemos un sello cordobés del que nos enorgullecemos mucho.