Su cocina pone al día, con toques de creatividad personal y productos de la zona, platos académicos del acerbo internacional como el carpaccio, el steak tartar o el parmentier. Abrió sus puertas hace justo 5 años, pues lo hizo el 30 de noviembre de 2018.
Hubo a principio de siglo un ramalazo de innovación en el desaparecido restaurante La Bolera de Dani Martín en Belalcázar, excelente cocinero que decidió, para dolor de los gourmets, abandonar los fogones y dedicarse a cometidos de índole espiritual. Pero algo de su mecha quedó prendida en Carlos Fernández, chef de Kàran Bistró, que trabajó con él en 2006.
Su restaurante de Pozoblanco se encuentra en una pequeña plaza más parroquial que pública y más castellana que andaluza, ocupando una antigua casa que se ha rehabilitado con exquisito gusto dejando a la vista los paramentos y estructuras originales.
La propia Guía Michelín dice de este restaurante: «está ubicado en el corazón del valle de Los Pedroches, les gusta decir que allí 'no se va solo a comer, sino también a divertirse'. El local, íntimo pero muy coqueto, sorprende por el nivel gastronómico de su propuesta, totalmente centrada en las carnes y embutidos del famoso cerdo ibérico de la zona (jamón, pluma, presa ibérica de bellota...) pero también con productos cultivados en su propia huerta. El chef Carlos Fernández, que procura exaltar los sabores del entorno, defiende una carta de tinte moderno complementada por dos buenos menús: 'Nuestra Montanera y Nuestra Dehesa'.
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