Cáritas pide ayuda en Córdoba para atender a personas sin hogar, que han crecido un 26% en un año

Las cifras que ofreció María Calleja, que se ocupa de este apartado en el trabajo de Cáritas, distinguen entre las personas a las que se atiende en la Casa Madre del Redentor y aquellas que viven en la calle y a las que se proporciona alimento, ayuda y abrigo.

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La casa tiene 40 camas y entre el 1 de enero y el 30 de noviembre de este 2023 se ha atendido allí a 117 personas atendidas, 82 hombres y 35 mujeres, que han crecido en los últimos tiempos. La mayoría de nacidos en España, porque eran 69, pero una cifra significativa de inmigrantes, como 48 inmigrantes. Desde que se abrió la casa en 2001 no ha habido una sola plaza libre: siempre las han ocupado quienes lo necesitaban.

En el área de baja exigencia se ha atendido a 126 personas, y muchas de ellas han podido acceder a medias y largas estancias en la casa, si es que lo necesitaban. En la Casa Madre del Redentor se les proporciona alojamiento, pero también se les ayuda a buscar empleo, autonomía personal y luchar por su inclusión social.

Hasta la Casa Madre del Redentor han llegado 395 personas distintas a solicitar plazas, y a 226 se les ha podido dar algún tiempo de alojamiento, sea en casa como tal o en los recursos específicos para la ola de frío. «Pero a 169 no hemos podido, porque no había recursos suficientes», admitió.

Y eso enlaza con los datos de la UVI Social, que es la atención en la calle a las personas que no tienen techo en ese momento. Han atendido 534 personas diferentes, y el dato es relevante porque en el mismo período del año anterior eran 421. Es decir, 113 más, lo que supone un crecimiento del 26,8 por ciento. Eran 468 hombres y 66 mujeres, 283 nacidos en España y 251 inmigrantes.

«Es importante que este crecimiento esté sobre la mesa, porque necesitamos más ayuda», alertó para llamar la atención sobre lo perentorio de ayudar a quienes peor lo están pasando.

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El director de Cáritas Diocesana de Córdoba, Salvador Ruiz Pino, aseguró que han experimentado una «drástica bajada de donativos», en concreto de un 40 por ciento, lo que les impide llegar a ayudar a tantas personas como querrían.

«Seguimos buscando ángeles, personas que quieran ayudar, que nos acompañen en esta hermosa misión. Que en la carta a los Reyes Magos no falte en este año un hueco para los que menos tienen», afirmó Salvador Ruiz Pino.

Recordó cómo la crisis que comenzó con la pandemia y continuó con la espiral de inflación continúa golpeando a muchas familias. Uno de los indicadores está en el hecho de que las personas más vulnerables tienen que dedicar seis de cada diez euros que ingresan a los gastos de vivienda, tanto hipoteca o alquiler como suministros.

«Es lo mínimo para no quedarse en la calle», precisó. Pero a partir de ahí tienen problemas, y eso hace crecer el número de familias que acuden a las Cáritas parroquiales o a los servicios generales en busca de ayuda para afrontar los gastos de su vida diaria. Por eso insistió en que en estos días se deje atrás «la vorágine consumista, para compartir con los que menos tienen, porque se siguen necesitando más corazones».