A la par que ha negado algunas de las frases despectivas atribuidas a él por algunos testigos durante los momentos críticos del suceso y ha reconocido también que reanudó la maniobra pese a que sacó del agua a algunos soldados con problemas de flotabilidad en el agua.
Según han explicado a ABC fuentes del caso, el capitán ha ratificado en gran medida lo que puso por escrito en un informe de ocho folios, adelantado por ABC, y que le requirió el propio órgano judicial castrense. Su declaración ha durado en torno a cuatro horas, ha sido la última de la jornada que arrancó con el teniente Tato y el sargento Álvarez.
El máximo responsable de la maniobra no ha contestado las preguntas de las acusaciones y sólo lo ha hecho con el juez, la Fiscalía y su abogado defensor. Lo mismo que han hecho sus compañeros en otra jornada maratoniana de ocho horas de declaraciones.
Por su parte, Luis Romero, el abogado que representa a la familia del soldado Carlos León, ha asegurado a este periódico al término de las declaraciones que el capitán «ha descrito un ejercicio en un entorno idílico, donde no había problemas de seguridad y dondeh a puesto de manifiesto la improvisación y los recortes de medios que sufre el Ejército en estos momentos».
Sobre la autorización de sus mandos al plan de la maniobra, Romero ha significado que el capitán ha dicho en su declaración que se trataba de una «autorización tácita». «Si no se expresa una negativa, se aprueba», ha precisado este letrado.
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