Presupuestos sin alta velocidad

Pero no todo está precisamente encarrilado en las cuentas del Estado. Al mismo ritmo que si fueran montados en aquel Tren Botijo que a principios del siglo XX llevaba a nuestros antepasados a las playas de Málaga, se mueven importantes proyectos de carreteras: la reforma de la A-4 a su paso por Córdoba; la nueva carretera de Badajoz a Granada o el segundo tramo de la Variante Oeste. De este último, hay que destacar que, si no se ejecuta, el potencial logístico de la capital no podrá alcanzar su velocidad máxima.

No es éste el único elemento negativo en los Presupuestos. La inversión por habitante aquí será de 218 euros. Se queda un 23% por debajo de la ratio nacional (284) y esa cifra, además, es inferior en un 19,8% a la andaluza (272). Los reseñados 169 millones que el Gobierno destinará hacen que Córdoba no circule precisamente como un AVE en la clasificación regional: sólo Jaén recibirá una cantidad más baja (69). Si la labor de revisor la hacemos con el parámetro del desembolso por ciudadano, somos el antepenúltimo territorio de la región.

Del Ejecutivo más progresista de todos los tiempos y del mundo mundial, se espera que le eche más combustible a los enclaves que tienen más necesidad de ello. Pero los adjetivos calificativos molones descarrilan con la realidad. Y ésta es que nuestra provincia no ve acelerarse sus inversiones como debiera, dado que es una habitual en los vagones de cola de los indicadores económicos nacionales.