Primera Plana
Luces y sombras en Córdoba
Estamos entre el deslumbrante y bello Vía Crucis Magno y el apagón del Estado en el Norte al no incluir su línea de alta tensión en las inversiones 26/30
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónCórdoba se movió la pasada semana entre luces formidables y sombras aterradoras. Las primeras las encendió el Vía Crucis Magno y las segundas nos las descargó el Gobierno central al comunicar que el Norte no ha sido incluido en su planificación de la red ... eléctrica 2026/2030. En cuanto a esto último, aquí nadie puede entender que la mejora de la potencia eléctrica para el Guadiato y Los Pedroches haya sufrido otro apagón, porque ya se intentó sin éxito que se acometiera en el vigente plan de inversiones del Estado en esta materia. Al escribir 'nadie', no trato, lectores, de recurrir a un fogonazo de exageración. La demanda de una línea de alta tensión para la parte septentrional la plantean los ayuntamientos de la zona, la Junta, la patronal y los sindicatos.
Ese proyecto es uno de los fundamentales en el Norte para que sus cifras de población vean la luz al final del túnel tras la grave caída que sufren. Es necesario para mantener empresas ya instaladas y atraer a otras, así como para impulsar energías renovables. Es decir, se requiere para generar prosperidad, lo que fija y permite aumentar el número de habitantes de un territorio.
La planificación del próximo lustro se limita a incluir esta mejora de la potencia como «necesaria» a partir de 2030. El Gobierno trata de apagar el incendio rociándolo con argumentario: que si el documento está abierto ahora a alegaciones; que si intervenir en el área septentrional tiene sus dificultades por su valor medioambiental... Si tienen más excusas preparadas, que no hagan el esfuerzo. No hay justificación para mantener a oscuras las esperanzas de futuro del Guadiato y Los Pedroches.
El Vía Crucis Magno fue, por el contrario, una brillante y bella muestra de las cosas buenas que ofrece Córdoba. En lo espiritual, vimos la enésima demostración del hondo arraigo de las cofradías en nuestra sociedad. Se explica no sólo por las procesiones, eje de su existencia, sino también por la forma en que vertebran el día a día de los barrios y la obra social que desarrollan en ellos. Su deslumbrante poder de convocatoria deviene en una religiosidad popular, que echa a la calle a la mayoría de la ciudadanía, independientemente de sus creencias.
En lo material, nuestra urbe relució como una ciudad que organiza grandes eventos con brillantez. Más allá de algún lunar en la carrera oficial, fue una cita en la que se esperaban más de 150.000 asistentes y no hubo ningún incidente reseñable. En este apartado, además, el Vía Crucis Magno fue un faro que nos mostró un camino en el que tenemos mucho por recorrer: el de la colaboración entre la capital y el resto de la provincia -participaron doce hermandades llegadas de distintos puntos de ella-. Mejorar la conexión de ambas es una tarea pendiente. Ayudaría a que nuestra tierra carburase mejor en lo económico, lo cultural, lo social o lo deportivo. El sábado vimos un exitoso ejemplo de ello.
Límite de sesiones alcanzadas
- El acceso al contenido Premium está abierto por cortesía del establecimiento donde te encuentras, pero ahora mismo hay demasiados usuarios conectados a la vez. Por favor, inténtalo pasados unos minutos.
Has superado el límite de sesiones
- Sólo puedes tener tres sesiones iniciadas a la vez. Hemos cerrado la sesión más antigua para que sigas navegando sin límites en el resto.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete