Desembalse de dudas

De nada ha servido que la Administración regional haya alegado que busca «la mejora y el refuerzo» de las obras ya ejecutadas. Conmueve esta preocupación por el destino del dinero público. Sólo falta que el Gobierno central se la aplique a sí mismo y no tengamos, por ejemplo, que volver a pagar entre todos a gente como Jessica por no ir a trabajar.

Otro motivo de rechazo es el «impacto ambiental» de los trabajos a desarrollar. Hay que recordar que se trata de acometer una conexión que el Ejecutivo autonómico, con los socialistas al frente, abandonó en 2009 cuando ya estaba hecha al 90%. Se entiende, como es obvio, que se hizo respetando todas las cuestiones medioambientales. A la Confederación tampoco le convence que, según defiende, con el enlace se dará «una reducción de la calidad del agua» al advertir de que «la toma propuesta captará agua de peor calidad que la actualmente en uso». Estaría bien que, más allá de intentar hundir actuaciones ajenas, la CHG se preocupara también por reflotar la calidad del líquido elemento de la Colada. Que no se nos olvide que los 80.000 habitantes del Norte estuvieron entre abril de 2023 y el mismo mes de 2024 con sus grifos secos porque el agua que les llegaba de ese pantano, tras evaporarse la de Sierra Boyera, no era apta para consumo humano.

Pero donde se terminan de desembalsar las dudas es con la actitud de la Confederación con este proyecto. Porque se sometió a exposición pública y se superó esa parte del cauce administrativo sin que presentara alegaciones. Hubo que esperar a octubre de 2024, con la obra adjudicada por 9,3 millones, para que empezara a mostrar su frontal rechazo. Sólo resta esperar que la conexión pueda remontar este veto y que la zona septentrional de Córdoba tenga el mejor paraguas posible para guarecerse si a Don Lorenzo le vuelve a dar por hacer de las suyas y deja de nuevo a Sierra Boyera sin una gota entre sus paredes.