primera plana
El calvario de las Cruces
El alcalde ha erigido un nuevo plan de seguridad para esta fiesta al que le florecen medidas que suenan bien
Ochenta policías y aforos controlados por Inteligencia Artificial para las ocho Cruces de Córdoba con más público
Baltasar López
Córdoba
El Ayuntamiento presentó la pasada semana el innovador plan de seguridad para que las Cruces del Centro no se conviertan un año más de noche en un botellódromo, con las consiguiente molestias para los vecinos, y en un foco de aglomeraciones que puedan llegar ... a ser peligrosas. Incluso antes de que acabara la edición de 2024, el alcalde, José María Bellido, ya sirvió una ración de realidad: advirtió de que eran necesarios cambios en esta cita. Y el anuncio no fue ningún postureo.
El regidor ha vuelto a evidenciar buenos reflejos para palpar los problemas. Y ha erigido un nuevo modelo de vigilancia para esta celebración, al que le florecen medidas que suenan bien. Se prestará especial atención a los ocho recintos más populosos del corazón de la ciudad. Para que el aforo de cada uno de ellos no se desmadre, ha invitado a la fiesta a la Inteligencia Artificial. Cámaras dotadas con esta herramienta tecnológica se encargarán de actuar como portero de discoteca, siempre y cuando no tengamos un segundo apagón histórico. Porque, una vez que detecte que una de estas cruces se está petando, se impedirá la entrada de nuevos nocheros hasta que la situación vuelva a la normalidad.
El Consistorio también ha decidido sacar a bailar por primera vez en esta cita al primo de Zumosol experto en bullas, el Cecop (Centro de Coordinación de Operaciones), con experiencia demostrada en velar por la seguridad de todos en Feria y Semana Santa. Otra novedad destacada es que habrá 80 policías locales cada día que se dedicarán específicamente a esta fiesta. Este domingo, cuando las sevillanas cesen, será el momento de analizar si la celebración ha mejorado y ha dejado de ser un calvario para los vecinos del Centro cada vez que cae el sol.
Pero, mientras esa evaluación llega, los ciudadanos de a pie también tenemos nuestras tareas. Porque los que se divertirán en estas cruces no son marcianos que hayan caído del cielo, aterrizando su nave en el Vial, para gozar de la noche cordobesa. Son nuestros hijos. A nosotros nos corresponde concienciarles de los daños que produce el alcohol -especialmente el abuso de él- y de que, si, como es ley de vida cuando se es muy joven, deciden no hacer caso a sus padres y se van de botellón, no dejen la ciudad alfombrada de plástico y cristales.
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