El Ayuntamiento licitará en semanas las obras finales del Templo Romano de Córdoba

El arqueólogo de la Gerencia Municipal de Urbanismo, Juan Murillo, explicó a ABC que el proyecto está ahora mismo en fase de contratación y que en breve se publicará la licitación en el perfil del contratante.

Saldrá por un importe que estará en torno a los 800.000 euros y una vez que se adjudique, que sería a mediados de este año 2023, tendrá un plazo de ejecución de ocho meses.

Como explicó Juan Murillo, el proyecto que ahora se licitará es el que comenzó en septiembre de 2018 la empresa Arquepec, pero que apenas pudo avanzar por distintos problemas que la llevaron al concurso de acreedores.

Se trata sobre todo de la creación de una serie de plataformas que permitirán que los visitantes, cuando accedan por la calle Claudio Marcelo, puedan recorrer los restos de todo el conjunto y no sólo mirar las columnas y capiteles desde fuera.

Habrá además una conexión con los restos arqueológicos que están en el edificio del Ayuntamiento y un pequeño de centro de interpretación para que los visitantes puedan tener conocimiento del templo de culto imperial que se levantó en el siglo I y ser capaces de reconocer sus distintas partes y el aspecto que pudo haber tenido.

Si los plazos se desarrollan con normalidad, en la primavera de 2024 el Templo Romano podría llegar, una década después, a ver culminados todos los trabajos que comenzaron hace una década y que han avanzado con mucha dificultad y tras una larga serie de tropiezos. Los primeros trabajos comenzaron en la etapa de José Antonio Nieto como alcalde, que dispuso la primera restauración y la eliminación de las vallas para sustituirlas por unas nuevas de metacrilato que permitieran la contemplación del conjunto desde Claudio Marcelo y Capitulares.

El Consistorio invirtió entonces 200.000 euros en la primera restauración y limpieza del conjunto y eso permitió las visitas perimetrales, por el exterior. El Ayuntamiento consiguió además el patrocinio de la Fundación Sevilla-Endesa para que el Templo Romano tuviese iluminación artística, como otros grandes monumentos de Córdoba antes y después. Incluso se realizaron en aquel lugar algunas proyecciones de 'mapping'.

El resto parece que sería la consecuencia natural de aquel trabajo, sobre todo teniendo en cuenta que se firmó un acuerdo con la Consejería de Turismo de la Junta de Andalucía para conseguir más dinero, pero no se pudo gastar. El acuerdo que firmaron José Antonio Nieto y el entonces consejero de Turismo, Rafael Rodríguez, en junio de 2014 contemplaba inversiones de cinco millones para distintos proyectos y 600.000 euros para el Templo Romano. Era un momento dulce, porque en aquel año el recinto había recibido 80.000 visitas de turistas y cordobeses, que habían crecido viendo las columnas, pero con muy poca información más sobre el conjunto.

No se había movido la nueva actuación cuando las elecciones de 2015 provocaron el cambio de Gobierno municipal, con la socialista Isabel Ambrosio como alcaldesa y el líder de IU, Pedro García, al frente del Área de Turismo. De inmediato proclamó que la actuación en el Templo Romano era una de sus prioridades y reprochó al Gobierno municipal del PP la, a su juicio, «lentitud» con que estaba llevando a cabo la ejecución de los fondos. Pero tampoco mejoró en rapidez y además terminaron las visitas. Las buenas noticias regresaron en el año 2017, pero, como ha pasado en los últimos años con el Templo Romano, resultaron efímeras.

En primer lugar, y esto sí se cumplió, el Ayuntamiento ejecutó un trabajo de limpieza y restauración con un presupuesto de 200.000 euros, que mejoró la percepción de un conjunto que está al aire libre y por lo tanto nota los efectos de la lluvia y el clima.

El Ayuntamientoanunció en diciembre que ya se había adjudicado el contrato para la última fase, que realizaría la firma Arquepec, pero el contrato no se firmó hasta julio de 2018 y por lo tanto no podían empezar los trabajos. Y empezaron en agosto, pero para muy poco tiempo, porque los problemas llegaron en septiembre. La empresa detuvo el trabajo y pidió un modificado al alza, para cobrar más de lo que se había fijado en el contrato.

Era algo que sucedía mucho desde aquel tiempo, porque la ley obligaba a escoger la oferta económicamente más ventajosa, pero eso se traducía en problemas y obstáculos para después continuar. El Ayuntamiento insistió en que continuarán, pero se detuvieron de forma definitiva en febrero de 2019, y no con mucho éxito. Las obras sólo estaban realizadas al 20 por ciento.

Se había perdido bastante tiempo en una obra que apenas había resuelto nada y todavía quedaba más trabajo, porque la resolución del contrato no podía ser un proceso fácil ni corto, pero hasta que no terminase no podía haber una licitación.

Entre tanto las elecciones trajeron consigo otro cambio: llegó a la Alcaldía José María Bellido, con Isabel Albás, de Ciudadanos, al frente de Turismo. La resolución con Arquepec no podía ser de mutuo acuerdo, así que hasta principios de 2021 no se pudo abrir el expediente para resolver el contrato.

Si los plazos se cumplen, se cumplirá un anhelo que estuvo en los planes del Ayuntamiento desde 1951, en el momento del hallazgo de los restos del templo durante unas obras de ampliación del edificio.