Hacienda municipal
El Ayuntamiento de Córdoba cerró 2022 con 259 millones en la 'caja' sin gastar
Es la cifra más alta que jamás se ha registrado y el mandato en el que más ha crecido este dinero
Los presupuestos municipales de 2023, que podrían aprobarse a finales de abril, subirán un 3,4%
Córdoba
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Iniciar sesiónEl PP ha hecho este mandato de las bajadas fiscales uno de sus grandes mensajes de gestión. Así ha sido durante los cuatro ejercicios en los que ha venido aprobando unas ordenanzas, con el apoyo de Vox, que relajado la presión a los bolsillos ... de los cordobeses. Pero otra cosa ha sido la manera que ha tenido de mover los cuantiosos recursos que ha ido ingresando. Años, además, en los que los fondos de recuperación económica por la pandemia de diferentes administraciones se han convertido en una vía extraordinaria de entrada de recursos a las arcas.
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Y es este punto, curiosamente, uno de los más sorprendentes en el balance de la gestión de la Hacienda Local que han tenido los populares y, más concretamente, su teniente de alcalde de Hacienda, Salvador Fuentes. Bajo los cuatro años de su dirección el Ayuntamiento ha batido todos los récords de dinero acumulado en la 'caja' sin gastar o movilizar al ritmo que debiera. Y eso cuando, además, hay una lista importante de proyectos para la ciudad que no se han puesto en marcha o andan todavía en el circuito de la licitación oficial.
Resulta más llamativa esta situación si cabe cuando precisamente el PP hizo de este argumento un auténtico caballo de batalla contra la anterior alcaldesa Isabel Ambrosio y su socio de Izquierda Unida Pedro García, a quienes también se les iban acumulando los millones en las arcas municipales como las actuaciones que necesitaba la ciudad en el cajón. Según los datos recogidos en los diferentes decretos de liquidación de los presupuestos municipales de la última década, consultados por ABC -los cuatro últimos firmados por el propio Salvador Fuentes-, estamos ahora mismo ante los números récord en el Consistorio en cuanto al dinero estancado en la 'caja'.
Guarismos jamás vistos antes, con el añadido de que en esta última década el PP pasó por Capitulares en otro mandato, el correspondiente a los años 2011 y 2015 en los que, con una dura crisis económica además, el actual alcalde José María Bellido era entonces el edil de Hacienda. La liquidación del último presupuesto municipal refleja que las arcas municipales contenían 259 millones de remanentes totales de tesorería. ¿Qué quiere decir esto? Esa cifra sale del dinero que ya había en la caja municipal el año anterior (176 millones de euros), más fondos pendientes de cobrar (124 millones más) y a los que se les descuenta dinero pendiente de pago (20 millones) y de aplicación en la propia contabilidad (21 millones). Es decir, 300 millones limpios que se quedaron en 259 por esas obligaciones que aún debía acometer el Área de Hacienda.
Última década
Esos 259 millones, pues, representan el dato más elevado de los que se han contabilizado, y durante la última década la tónica ha sido un progresivo crecimiento de esos fondos que se van acumulando y no se mueven para sus fines en tiempo y forma. El cierre del presupuesto de 2012 dejó 85,5 millones en esa situación que crecieron a 110 millones en 2015 -cuando entró el cogobierno de PSOE e IU- y que se fueron a los 168 millones con los que Ambrosio abandonó el salón noble de Capitulares. Esto significa que durante esto último mandato, esa bolsa ha crecido en casi 90 millones.
Los tres delegados de Hacienda de esta última década han sido José María Bellido (2011-2015), Alba Doblas (2015-2019) y Salvador Fuentes (2019-2023). El mayor crecimiento en un solo mandato de estos remanentes se ha dado con este último dirigente del PP. Pero no es el único indicador que consolida la más que cuestionable gestión contable que se ha hecho en estos últimos años. Hay otro parámetro que son los remanentes de tesorería para gastos generales que se extraen, precisamente, de los totales y a los que se les descuenta el dinero llamado de 'dudoso cobro' -que va a ser difícil que el Consistorio los ingrese-, o los excesos de financiación afectada, el tecnicismo con el que se conoce al dinero que está imputado como ingreso para un proyecto concreto de gasto y que a lo largo de un año no termina ejecutándose al mismo ritmo del que se percibe, por lo que resta una diferencia que no se puede usar para otros fines y pasa al ejercicio siguiente.
Por ejemplo, si las obras de uno de los nuevos parques públicos que se han puesto en marcha se financian con dinero que entra de la Unión Europea, en las cuentas se imputa como ingreso todo lo que cuesta hacer la zona verde, pero a lo largo del año puede que sólo se haya ejecutado una parte. La diferencia entre uno y otro concepto es lo que se considera un exceso de financiación afectada y que al año siguiente podrá seguir ejecutándose, no al ritmo deseado, claro está.
Por este concepto, y según la liquidación presupuestaria de 2022, había en las arcas municipales a finales del año pasado 163 millones de euros, también el dato más elevado. En comparación al que registró el cierre del presupuesto de 2012 (diez años antes), 100 millones más de diferencia y, de igual modo, el mandato donde más ha aumentado este capítulo de dinero que tampoco se ejecuta de manera ágil, o conforme a como se apunta que se recauda.
Reparto de remanentes
En la densa información contable a la que ha tenido acceso este periódico aparece un tercer parámetro que sigue los mismos derroteros de los anteriores y refuerza el desequilibrio entre cómo se recauda y cómo se gasta, realmente. Se trata de los llamados remanentes de tesorería para gastos generales. El dinero que no se ha gastado y que, además, no está comprometido de alguna manera para proyectos o pagos concretos. Es un sobrante que pasa al ejercicio siguiente, pero que debe ejecutarse siempre antes del 31 de diciembre.
El Ministerio de Hacienda acordó en 2019, tras las quejas de los alcaldes, rebajar las reglas de gasto y permitir a las administraciones locales destinar los remanentes del año anterior a reducir la deuda acumulada, por ejemplo; a inversiones financieramente sostenibles o al pago de facturas, teniendo siempre en cuenta que no se puede exceder el límite de gasto: no se puede gastar por encima del umbral que marca el Estado cada ejercicio a todas las corporaciones locales.
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Nuevamente el departamento que pilota Fuentes ha cerrado 2022 con otro indicador casi récord: 40 millones de euros 'atascados'. Una cifra que en lo que va de mandato -estamos en los últimos compases- se ha duplicado (el cierre de 2019 fue con 22,5 millones de euros) y que durante esta década sólo fue superado por el dato de 2018 (con PSOE e IU en el Consistorio), al alcanzar los 46,5 millones de euros. En el anterior mandato de gestión popular, este indicador llegó a estar en negativo (se gastó más de lo que se ingresó, en líneas generales) en 25 millones y al final del mandato casi se cuadró por completo con 1 millón de saldo en positivo.
El último pleno municipal aprobó el reparto de 32 de esos 40 millones de remanentes generales. De esa cantidad, 18 millones de euros fueron para pagar facturas y otros 11 millones se destinaron a pagar la 'factura' de la luz en el Ayuntamiento, dotando el contrato de servicios que recientemente licitó el equipo de gobierno.
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