Asesinato en la Fuensanta: el concursante de 'First Dates' acepta 12 años de internamiento psiquiátrico

La magistrada-presidenta del tribunal del Jurado María Dolores Márquez ha explicado a la Sala que conforme a la Ley al alcanzar un acuerdo entre las partes -tanto acusaciones como defensa- que se han adherido al escrito de calificación del Ministerio Fiscal es posible si el acusado lo acepta como así ha ocurrido imponiéndole esta medida de seguridad (12 años de internamiento con seguimiento psiquiátrico para ver su evolución) así como seis años más de libertad vigilada.

Haciendo uso de su última palabra el acusado ha señalado que está de acuerdo con lo que su defensa le ha planteado, que es aceptar esa medida de internamiento y ha aprovechado para «pedir perdón por lo que he hecho que es horrible; pido perdón a la familia de Pedro, que era mi amigo, y pondré los medios para que nunca más vuelva a pasar«.

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Procesalmente, aún queda una sesión más del tribunal que deberá determinar los extremos acerca de la responsabilidad civil por las posturas de las aseguradoras y del responsable civil subsidiario.

Una de las claves del juicio que ha quedado clara a las partes durante la declaración de los forenses que han evaluado el estado mental del acusado era probar si en el momento del crimen el acusado mantenía intacta o no su capacidad mental para comprender la ilicitud de los hechos.

El forense José Sáenz ha dejado claro en su pericial que el acusado sufría un trastorno delirante de ideas persecutorias sumado al consumo de estupefacientes (cannabis y cocaína) y la persona que sufre esta patología «no tiene un juicio adecuado a la realidad».

A esto se unía el hecho, según este médico forense que ha elaborado su informe junto a un psiquiatra, que «lleva alterado el juicio de la realidad con su idea delirante no tiene conciencia de los hechos; en el momento de los hechos esta persona tenía anulada su voluntad».

En la primera sesión del Jurado ya el acusado había admitido los hechos de los que viene acusado por parte del Ministerio Fiscal y también que lo hizo después de estar consumiendo cocaína varios días y porque no tenía bien la cabeza -aludiendo a su enfermedad mental grave-.

El relato de los hechos del fiscal y que ha sido prácticamente asumido por el acusado en la declaración frente al Jurado recoge que el acusado se encontraba pasadas las 22 horas en la terraza este bar de la Fuensanta que estaba ya próximo a su cierre, cuando el dueño dada la confianza que tenía con él porque en ocasiones había trabajado allí, le pidió que se quedara pendiente del local mientras iba a tirar la basura.

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En ese momento, el acusado entró al interior del bar donde se encontró con un cliente al que conocía por haber trabajado allí y con quien mantenía una relación cordial, por lo que se saludaron amistosamente. Sin embargo, el acusado se dirigió a un salón cerrado del establecimiento de donde cogió un cuchillo de cocina de 16 centímetros de hoja con el que se dirigió directamente contra ese cliente.

Los forenses han señalado ante el Jurado que la víctima murió por un shock hipovolémico provocado por la hemorragia que le provocaron los profundos cortes que tenía en las manos con las que intentó sujetar el cuchillo para defenderse que no se lo clavara y de otro lado los cortes en el cuello y mandíbula que acabaron con su vida. Una de las puñaladas, relataba el Ministerio Público en su escrito de conclusiones provisionales, «se la clavó por la espalda, estando sentado en el suelo, desde arriba en dirección descendente, a modo de estocada».

El dueño del bar ha declarado ante el Jurado que los hechos ocurrieron mientras él sacaba la basura -en unos contenedores que apenas estaban a 30 metros del establecimiento- que en ese momento el acusado estaba en el bar pero no trabajando y escuchó gritos y fue cuando corrió a su bar a ver qué ocurría. Fue entonces cuando ya uno de los clientes del bar había entrado a socorrer a la víctima que estaba contra la pared. "Me acerqué porque creía que le estaba dando golpes, pero me di cuenta que lo que estaba era clavándole un cuchillo por lo que pedí que lo dejara y no me hizo caso; luego entraron un hombre rumano y otro cliente del bar que estaban en la terraza y le tiraron sillas para intentar que dejara de apuñalarlo sin éxito".

Una de las clientes habituales del bar que también entró en el momento del asesinato ha declarado ante los miembros del Jurado que vio que el acusado "tenía la mirada extraña, que daba miedo, como desafiante" y al tener el cuchillo no pudo acercarse a ayudar.

Fue el propio dueño del bar quien le pidió varias veces al acusado que parara y ya en una de ellas con gritos, el acusado lo miró y tiró el cuchillo al suelo, y le dijo "ya está, ya he terminado, llama a la Policía". El propietario del bar ha declarado que le pidió al acusado que se metiera en el baño porque había mucha gente en el bar y "con lo que es has hecho no se que puede pasar".

Este vecino del barrio de la Fuensanta, conocido por participar meses antes del asesinato en el concurso televisivo 'First Dates' en búsqueda de pareja, venía acusado por parte de la Fiscalía de un delito de asesinato (con alevosía) pero recogen en el mismo escrito de acusación que padece un trastorno delirante, con delirio de persecución, así como un trastorno de consumo de sustancias estupefacientes, que estaba presente en el momento de los hechos, existiendo, según este escrito, «una relación de causalidad psíquica entre el trastorno y los hechos que pudo precipitarse por el abandono de la mediación y el consumo de drogas.