Artes escénicas: Reto pendiente de la cultura cordobesa

En Córdoba, ese día suele pasar sin ruido, quizá porque las artes escénicas tienen en la ciudad un papel periférico, sin un gran festival que las haga visibles, con menos espacios escénicos públicos y privados que ciudades cercanas como Málaga o Sevilla y con unas estadísticas modestas de escenificaciones anuales. Eso a pesar de la labor del IMAE (Instituto Municipal de Artes Escénicas) y de que no dejan de aparecer proyectos privados. También mientras la Escuela de Arte Dramático forma cada año a decenas de profesionales, muchos de los cuales consiguen luego el éxito lejos de aquí, como las hoy célebres actrices Inma Cuesta o Luz Valdenebro, por citar sólo algunos casos.

Un veterano del panorama escénico cordobés es el actor Juan Carlos Villanueva, que tras una larga carrera en los escenarios disfruta desde hace unos años de una presencia constante en el cine y la televisión con series como 'Servir y proteger' y 'La Peste' o películas como 'El niño' o 'La isla mínima'.

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Villanueva reconoce que aunque sigue viviendo en Córdoba ahora tiene una perspectiva algo distanciada. Pese a ello, explica que el teatro aquí «depende mucho de la voluntad de los políticos y hay problemas que taponan el florecimiento». Recuerda que hay gente apostando por hacer de este oficio una profesión y señala proyectos actuales como Uno Teatro, Teatro Par o El Garito Teatro.

«Hay gente haciendo cosas y eso mantiene activo el corazón de la ciudad, pero hay un problema de visibilidad, pues obras que se estrenan en Madrid no son mejores de lo que se hace aquí pero la repercusión allí y aquí es muy diferente», dice.

Villanueva lamenta que no hay continuidad en las iniciativas que se promueven y recuerda proyectos como la Factoría Echegaray de Málaga, que ha permitido que autores y actores malagueños estrenen en su ciudad y que se puedan conocer también dramaturgias de otras geografías españolas e internacionales.

«Aquí se hacen cosas que duran poco, hasta el momento que los políticos las consideran amortizadas para sus intereses, y lo único que se hace es parchear», opina.Uno de los proyectos teatrales más estables de los últimos años es Teatro Avanti, que en su sede de los Salesianos lleva haciendo las delicias de pequeños y mayores desde comienzos del siglo XXI.

Uno de sus fundadores, Paco Santofimia, explica que la clave de ese éxito ha sido «la vocación, el entusiasmo, la pasión, el trabajo y contar con un gran equipo, junto a el apoyo a las bases y el teatro aficionado y a los más jóvenes, que son el futuro». A pesar de todo ello, Santofimia coincide con Villanueva y reconoce que las artes escénicas sufren diversos problemas. Cree que el principal de ellos es global, la falta de educación, y «el hecho de que no se haya comprendido que la música, el teatro y la danza deben de estar en las escuelas».

En el contexto andaluz, también pide un «reparto equilibrado» de los presupuestos en las distintas provincias y que se apoye a las que están más retrasadas. Actriz también con larga trayectoria en teatro, cine y televisión es Marisol Membrillo, que esta primavera reestrenará junto a Juan Carlos Villanueva su obra 'Muerto en el acto', una comedia de producción cordobesa. Reconoce que, en su amplia trayectoria, quizá sea el teatro el ámbito en el que más le ha costado entrar; tal vez porque es un entorno más cerrado y que permite menos oportunidades.

Aún así, ella se ha implicado en diversos proyectos a lo largo de los últimos años y también valora los esfuerzos de diversos grupos teatrales por impulsar una estructura profesional, que en la provincia de Córdoba todavía tiene mucho camino por recorrer.

La intérprete también señala uno de los problemas del teatro cordobés en la distribución, la complejidad que tiene salir al exterior. «Yo pienso que se hacen cosas interesantes, pero que luego cuesta mucho que tengan continuidad y resonancia», explica.

En el ámbito de la formación trabaja el actor y profesor de la ESAD José Delgado-Llergo. Su opinión es que «el atraso que sufre la ciudad en las artes escénicas no es sólo de este ámbito, sino de la cultura en general». Alude a los informes que muestran a la ciudad en una posición trasera en el panorama español y cree que el fiasco de la Capitalidad de 2016 convirtió «en un pozo lo que se quería que hubiese sido un trampolín».

Cree que ni en las artes escénicas se produce innovación y renovación y que los proyectos en Córdoba son «de usar y tirar porque las instituciones hacen lo mismo que hace 20 años». No cree por ello que sea falta de talento, sino que en la gestión cultural se necesita gente que sea capaz de estar cerca de esos artistas y les permita desarrollar sus proyectos.

El profesor afirma de todos modos que no existen datos para pensar que las artes escénicas estén peor que el resto de disciplinas, sino que es un problema conjunto de la cultura y que requiere de una planificación general. También lamenta Delgado-Llergo la falta de personal del IMAE, que obliga a que sólo puedan ofrecer una producción cada día. «Aunque gestionen varios espacios es como si en realidad gestionasen tan sólo uno», concluye.

En el espectro privado de la formación trabaja el director de teatro y televisión Chico Sánchez, del Centro de Formación Actúa, con sede en la calle Fray Luis de Granada. Él explica que tienen 300 alumnos de teatro y cine en talleres de teatro básico, caracterización gestual, musical y también mezclando disciplinas. Impulsan a través de este trabajo formativo dos compañías teatrales, una profesional y otra amateur, y preparan también a sus alumnos para trabajos diferentes como los cuentacuentos, la teatroterapia o la formación.

«El teatro no sólo son las producciones», recuerda. Sobre la problemática de la ciudad señala que «viene de largo» y considera que está muy vinculada «a la falta de espacios. Córdoba tiene pocos teatros en relación a su población». Lamenta que «el ámbito privado no invierte y, salvo Avanti, no hay nada de teatro alternativo».

Avisa de que «no ves ninguna ciudad que tenga tan poquísima oferta teatral y eso es una responsabilidad de todas las partes, y también del público». Pese a todos los problemas, Chico Sánchez señala que los alumnos que acuden a Actúa «vienen con gran vocación y salen encantados», lo que quizá sea el mejor punto al que agarrarse para pensar que las artes escénicas cordobesas pueden resurgir en los próximos años. Salir al fin de ese lugar falto de optimismo en el que aún están.