¿Aficionados? No, gracias

Fíjense, si no, en el amateur que la semana pasada tiró una colilla en el Lagar de la Cruz. Si vas a contribuir a la inmolación del planeta, hazlo con profesionalidad, carajo. Y no esa chapuza que apenas calcinó tres hectáreas de mierda y provocó el hilarante desalojo de la piscina de Assuan. Que tiene narices. En la carrera por la destrucción, este pobre cretino será el hazmerreír de los experimentados pirómanos que están asolando la península ibérica. Ahí sí que hay ejecutivos competentes. Porque vamos a ver: ¿qué son tres hectáreas de chichinabo comparadas con el formidable espectáculo de las 70.000 que ya llevamos pulverizadas en poco más de un mes?

Un poco de seriedad, por favor. Si te pones, te pones. Y, si tiras la colilla en el Lagar de la Cruz, cerciórate de que está bien encendida, que sopla viento de fuerza seis y que las pavesas se van a esparcir por un radio de bosque lo suficientemente amplio como para salir en el Telediario. Porque claro: si un puñado de efectivos del Infoca te van a sofocar el fueguecito en un periquete, lo que estás haciendo es el canelo. So merluzo.

Ahora comprendemos por qué este aprendiz de pacotilla sale corriendo como un cobarde en lugar de convocar una rueda de prensa para reivindicar su compromiso indeclinable con la demolición de la madre naturaleza. Sacando pecho y sin complejos. Como debe ser. Ahora que aceptamos el pulpo como animal de compañía y consideramos la nuclear como una energía verde, liquidemos el planeta con método, eficacia y profesionalidad. Carajo. Porque oiga: no queremos aficionados.