Festival de la Guitarra de Córdoba
Ariel Rot & Kiko Veneno, o por qué no hay que tirar la televisión por la ventana
Crónica
Los músicos brindan un concierto fresco, mestizo y repleto de sorpresas basado en el espíritu del programa 'Un país para escucharlo'
Festival de la Guitarra de Córdoba 2023: horarios, conciertos, programación, espacios, cartel, artistas y guía completa
Córdoba
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Iniciar sesiónLos informativos de trazo grueso y las consignas, los concursos de talento (?) en que unos cuantos cantantes de medio pelo meten pajaritos en la cabeza a pobres diablos y hasta a niños para hacerles creer que son genios incomprendidos que saldrán a la luz de la fama ... .
Los debates, los chismes, los que viven de hurgar en las tripas de las intimidades ajenas. El antes hermoso fútbol ahora convertido en otro escenario de gritos y noticias que no lo son. Los temas que se llevan del cambio cromático a los crímenes que sirven.
Todos los días hay cinco minutos en los que se piensa si no será mejor tirar el televisor por caro que haya sido, poner en su sitio el equipo de música y una buena parte de la biblioteca y disfrutar de la vida sin el riesgo de que cualquier día haya que bajar en la escala evolutiva.
El fantástico concierto de Ariel Rot&Kiko Veneno, en imágenes
Valerio MerinoLos dos artistas han desplegado sus grandes temas este sábado en el Festival de la Guitarra de Córdoba
Los motivos para indultarla son menores, pero también poderosos, que la vida al fin y al cabo sin chispazos de emoción en un mar de mediocridad y rutina. Hace pocos años, Ariel Rot cogió la mochila y se puso a recorrer provincias y ciudades en busca de músicos interesantes con los que cantar y tocar. Se llamó aquel programa, rodado con exquisitez de buen cine, 'Un país para escucharlo', y con ese espíritu se ha ido de gira con Kiko Veneno, uno de sus protagonistas.
Los dos sumaron el sábado 8 de julio en el Teatro de la Axerquía, en el que ya debe quedar como uno de los grandes conciertos de este Festival de la Guitarra de Córdoba, la inspiración, los genios y sobre todo la naturalidad de una música que fluía entre un estilo y otro como si no fuera más que una. Porque no es más que una.
Entre los invitados, Raúl Rodríguez sorprendió con una guitarra entre el Caribe, el flamenco y el rock
Su mezcla resultó integrada y natural, potente y fresca, mestiza sin que ninguno tuviera que renunciar a su esencia. Veneno siempre aflamencado, poético, innovador y alérgico a las etiquetas. Rot, rockero, magnético, tan genial con la guitarra como inteligente para compartir el protagonismo con su compañero.
Iban brotando de sus voces y guitarras sus clásicos. Por ejemplo, 'Memphis blues again', 'Dulce condena', 'Mundo de ayer'. En cada una de ellas brillaba la guitarra de blues, tan eléctrica, tan potente, tan fina y melódica de Ariel Rot, ya destapado como uno de los grandes del instrumento en el festival que lleva su nombre.
Y si 'Un país para escucharlo' era un programa con invitados y con gente que se sentaba a tocar, había que llamar a amigos para que fundieran su música y lograran un concierto todavía más mestizo. Acertó Kiko Veneno al definir a Raúl Rodríguez, el primero de ellos, como 'un músico exquisito'.
Es el creador del tres flamenco, que fusiona la guitarra con un instrumento de cuerda cubano que él hace sonar por lo jondo, por el bolero y hasta por el rock si hace falta, y es un investigador y erudito incansable. Tocó casi toda la noche, fuera por lo instrumental con Rot ('Confesiones de un comedor de pizza') o acompañando las canciones, y el público se dejaba llevar por la finura de todo un descubrimiento, que a eso se va a los conciertos.
Seguían, mientras tanto, sonando clásicos. Rot recurrió más de una vez a lo que hizo para Los Rodríguez en 'Me estás atrapando otra vez', y Kiko Veneno levantaba al público que lo adoraba con 'En un Mercedes blanco' o 'Joselito', que se prolongan durante minutos y minutos en las variaciones de los ritmos y de la guitarra.
El genio de Tomasito
Llegó después Tomasito, ese arrollador intérprete al que alguno podrá ver como una aleación genial entre Bambino y Chiquito de la Calzada. El jerezano es arte desde la planta de junco recortado hasta la forma de cantar, y canta con el alma, uniendo la bulería con la gracia andaluza.
Desde que pisó el escenario se metió en el bolsillo al público, que lo despidió de pie con una ovación que hizo temblar el escenario. Avanzaba el concierto y todo el mundo disfrutaba. Vibró la Axerquía con 'La milonga del marinero y el capitán' y al rato salió Nita, la cordobesa cantante de Fuel Fandango.
Aunque estaba embarazada de bastante fue capaz de bailar algo y se unió a Kiko Veneno para hacer su canción más hermosa: 'Echo de menos'. El público se temía el final, pero no lo quería. Raúl Rodríguez ya no quería bajar del escenario ni nadie quería que se fuera.
Los bises fueron de no sentarse. Se fue sugiriendo en la flauta una de las imprescindibles, 'Salta', la canción de Tequila, que todo el mundo cantó y bailó sin tocar el suelo, y luego se prolongó hasta el final con 'Volando voy'.
Como había dicho Kiko Veneno, no importaba si alguna canción sonaba a funk, a flamenco, a rumba o a rock. Así que sí, por 'Un país para escucharlo', por 'Cachitos de hierro y cromo' y hasta por 'La bola de cristal', y en todos ellos estuvo él, hay que darle una oportunidad de vez en cuando a la tele.
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