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Los buenos sentimientos únicamente sirven para dar clases de moral, a condición de que la asignatura sea optativa, trimestral y sin clases prácticas

Andrés Amorós

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En esta España envilecida por el sanchismo, nos revolcamos diariamente en la actualidad como en un charco de agua pútrida. Los autores de la realidad están empeñados en convencernos de que nuestro destino es el mal, que son ellos mismos. Si antes no se podía ... hacer buena literatura con buenos sentimientos, ahora no se puede hacer carrera siendo una buena persona. Caminamos hacia una sociedad educada en el mal por malas personas. La fuerza hipnótica del mal, con su encanto de ofidio interclasista. El mal es también difusivo de sí, pero a diferencia del bien no constituye un fin en sí mismo. Se trata de un medio poderoso para llegar a la desesperación, donde toda iniquidad encuentra acomodo. La Iglesia católica llama infierno a ese estado, al que se llega por la firme y obstinada voluntad de deshumanizarse.

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