Álvaro Leoncio y Gabriel Rodríguez, atrevidos

El Patio del Palacio de Orive recibe, con aforo completo, a su protagonista de la noche, Álvaro Leoncio Carrillo. Con permiso de unos iniciales Preludios de Tárrega (correctos aunque algo tímidos), toda la música que vamos a escuchar esta noche es decididamente moderna y contemporánea. Álvaro toma la palabra para explicarnos el motivo del título del concierto, «Confesiones desde el Silencio», que está basado en la obra que a continuación aborda, los Tres Tientos de Hans Werner Henze.

Se trata de una pieza solo apta para guitarristas aguerridos, compleja y densa, que Álvaro toca con convicción. Destaca la brillantez del Segundo de los tientos, impecable y enérgico. A continuación, cierra la primera parte con ...Y el canto se hizo vuelo , de Marco Smaili. La pieza, refleja cierta nostalgia y melancolía a través de recursos cercanamente guitarrísticos con un discurso moderno, pero con rasgos melódicos y tonalidad expandida.

La segunda parte cambia el formato: se incorpora el flautista Gabriel Rodríguez (también alumno del Conservatorio, como Álvaro) y abordan la excesiva y monumental Mitología de las Aguas de Leo Brouwer. La pieza, compuesta en 2009, se inspira en la energía y poder de las aguas del Rio Amazonas, con una colorida colección de efectos, polirritmias y recursos tímbricos que pasan desde los golpes, tapping o intensos frulatos. Sin ser música estrictamente programática, se dan muestras de una especie de cartografía sonora muy vistosa y genialmente traída por Brouwer . A modo de bis, Álvaro interpreta una obra de su profesor, Javier Riba, a quien tiernamente se la dedica.

Es admirable que estos músicos tan jóvenes hayan apostado por un recital tan arriesgado y complejo, en lugar de ir a la apuesta segura de lo conocido. Es muy probable que el abundante público asistente esta noche prefería esta segunda opción, pero los concertistas lo tenían claro. El atrevimiento de elegir este programa es reflejo de la energía e inquietud con la que los estudiantes abrazan la música.