Alerta en las parcelas de Córdoba: no hay agua en los pozos

Los interlocutores consultados explican que el problema es real. Cada vivienda o grupo de viviendas dispone de una captación que le facilita agua no potable. Es la que utilizan para cuestiones tan básicas como ducharse, que funcionen los sanitarios, lavar los platos o el llenado de la piscina (que ya tienen sistemas de reciclaje de agua). Se trata de un sistema que no proporciona agua para beber, que se compra embotellada.

Tanto en la Campiña como en la Sierra y en la Vega hay miles de estas captaciones individuales que son claves para el funcionamiento vital de estas viviendas. Y la realidad, explican, es que los pozos tienen un nivel tan bajo que ya están dando problemas e irá a peor.

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El presidente del Consejo del Movimiento Ciudadano de Córdoba, Juan Andrés de Gracia, está realizando un calendario de reuniones con representantes de parcelaciones con el objetivo de explicar las nuevas perspectivas de la Oficina del Territorio y de la aplicación completa de la Ley de Sostenibilidad del Territorio de Andalucía (Lista) cuando entre en vigor su reglamento de desarrollo.

De Gracia asegura que el asunto de los pozos es un tema que preocupa mucho en las parcelaciones. «Nos han transmitido que en agosto habrá problemas", explica. Los niveles se encuentran extremadamente bajos para esta época del año y las parcelaciones no tienen red interna que permita un uso alternativo del agua.

Aunque se han producido enganches a servicios de forma individual producto de las sucesivas campañas autorizadas desde la Gerencia de Urbanismo, De Gracia explican que han sido fundamentalmente de electricidad. Pocas tienen agua corriente y ninguna alcantarillado. Dependen de fosas sépticas. Si el pozo deja de manar porque el nivel freático se ha reducido mucho, las alternativas son pocas.

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Juan Carlos Montero es el responsable de asuntos de la periferia del Consejo de Distrito del Higuerón. Es el interlocutor del Ayuntamiento de Córdoba de un gran número de parcelaciones muy asentadas de la zona occidental de la ciudad. Confirma las impresiones recabadas con Juan Andrés de Gracia en su calidad, también, de residente de las Pitas, cuya asociación de vecinos preside.

Montero explica que los pozos de estas viviendas tienen un tirón de consumo que va desde junio o julio hasta el mes de septiembre que es cuando llegan a su mínimo de forma habitual. El funcionamiento normal es que la reserva de los pozos flaquee pasado el verano y que se recupere a partir de entonces. «Ya estamos teniendo problemas», afirma.

El portavoz vecinal asegura que hoy en día ya hay vecinos que se han quedado sin pozo. «Ha pasado en zonas concretas como la Rabada o la Perla«, asegura. La primera salida de los propietarios es limpiar el pozo, retirar lodos y permitir la extracción de agua. Pero en algunos casos esto no es posible. El pozo se ha secado y no hay más.

Montero afirma que el problema puede empezar a sortearse hasta finales de agosto o septiembre que es cuando se llegará al caudal mínimo. Y ahí sí puede haber problemas porque ya no es una cuestión relacionada con la disciplina urbanística. «Es un problema vital» que afecta a familias, asegura Montero.

Representantes de las parcelaciones ya se han puesto en contacto con el Ayuntamiento de Córdoba para informarles de esta cuestión. El objetivo es que se dispongan los medios materiales para que, en el caso de que se produzca una alerta, se pueda distribuir agua por medio de cisternas. Ya ocurrió con agua potable durante la pandemia pero no por los mismos motivos. La gente no tenía agua para beber y los movimientos estaban muy restringidos.

Desde el Ayuntamiento se hace un inciso en esta realidad y es que existe un margen de maniobra muy pequeño si se produce un corte de abastecimiento por esta vía. En la epidemia se tuvieron que usar camiones cisterna de 15.000 litros para llevar agua potable. Emacsa sí dispone de fuentes en algunos puntos de las parcelaciones.

El Consejo del Movimiento Ciudadano ha sido muy activo para que se faciliten los engaches de servicios a las parcelas dentro de las posibilidades que ofrece la ley. Los efectos ambientales de las parcelas son el gran dinosaurio en la habitación que no se ha asumido en Córdoba donde cada vivienda implica una captación y una fosa séptica. Son 11.000 viviendas con más de cuarenta mil vecinos que, en su día, tuvieron una función de segunda residencia. Una parte de ellas se utiliza ya con asiduidad.

De Gracia asegura que, aparte de la urgencia por los pozos secos, hay expectación por el procedimiento de dotarse de servicios cuando entre en vigor el reglamento de desarrollo de la Lista, que en lo esencial ya enunció la fórmula de trabajo. Reconoce que ha habido muchas expectativas y que son propietarios que están un tanto cansados.

El CMC está sirviendo de enlace entre los vecinos y la Gerencia con el objetivo de animar la presentación de proyectos de actuación para normalizar servicios. Y explica que la clave va a ser temporal. De Gracia explica que el procedimiento no puede durar años sino que tiene que dar resultados en los seis primeros meses para que los vecinos se lo tomen en serio y se conciencien de que, pagando las obras, se puede normalizar la situación de los suministros. La letra de la nueva norma anima esa agilización de plazos que dependerá, en última instancia, del interés de los propietarios y de la capacidad de la Gerencia de dar una respuesta.