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Y el arranque del año hidrológico 23/24 no es para tirar cohetes. En octubre y noviembre, la precipitación media es de 131 litros por metro cuadrado, pero la serie histórica es de 154. Es decir, lo caído del cielo está un 14,9% por debajo de lo que cabría esperar.

El estado de los embalses en Córdoba es más que preocupante. Al cierre de esta edición (18 de diciembre), en los pantanos de la cuenca del Guadalquivir, con datos facilitados por su Confederación Hidrográfica, el volumen de agua embalsada es de 503,9 hectómetros cúbicos y están al 15,2% de su capacidad. La cantidad de líquido elemento conservada ha caído un 13% en el último año y el nivel de llenado se ha rebajado en 2,2 puntos.

La situación más extrema se vive con el de Sierra Boyera, que abastece a los 72.000 habitantes del Norte de la provincia. Con la amenaza de que se secara pisando los talones, el Gobierno central activó una obra de emergencia para conectarlo con el de la Colada. El enlace, con un coste de 4,4 millones, entró en servicio en marzo de este año. Semanas después, naufragó.

El 17 de abril, la Junta decretó que el agua de este trasvase no era apta para el consumo humano. La presencia de Carbono Orgánico Total en el líquido elemento procedente de la Colada superaba los límites legales. Emproacsa, la empresa de aguas de la Diputación, nunca alertó de lo que podía suceder, pese a que conocía, como desveló ABC, los informes que señalaron en 2022 la mala calidad del agua del citado embalse. Dicha empresa pública organizó un sistema de camiones cisterna que hoy aún suministra algo tan básico al área septentrional.

En el Palacio de la Merced, hubo cambio de gobierno en junio: salió el PSOE y entró el PP. Emproacsa tiene ahora ya definidas cinco actuaciones que hará para potabilizar el agua de la Colada. Costarán cuatro millones y el convenio con la Junta, para que ésta aporte esa cantidad, se firmó este mes. En Diputación, esperan que, para marzo, el líquido elemento podría ser apto para el consumo humano.

El Gobierno regional, además, avanzó en el papeleo para materializar el enlace definitivo de estos dos embalses. La licitación se activó en noviembre por 11,1 millones y la adjudicación aún debe resolverse. La obra durará un año. El Gobierno del PP rescata una actuación que quedó en el olvido cuando el PSOE dirigía Andalucía.

Pese a que la Junta, la Diputación y los alcaldes del Norte han reclamado otra medida, la conexión de Sierra Boyera con el embalse de Puente Nuevo, para asegurar completamente que el Norte no se vea nunca más en una situación tan crítica, el Ejecutivo central rechaza acometerla.

Y otro de los efectos indeseados de la sequía se ha visto en algo tan cotidiano como comprar aceite de oliva. La climatología adversa fue fundamental para que la campaña del olivar 22/23 se saldara en la provincia con una producción corta de 'oro líquido': 142.000 toneladas, según datos de la Junta. En la 21/22, fueron 300.000. Es decir, la caída fue del 53%.

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Con semejante desplome de la oferta, los precios del aceite se embarcaron este 2023 en una escalada constante. Según los últimos indicadores disponibles ofrecidos por el Gobierno regional, en la provincia el oliva virgen se cotiza a principios de diciembre a 7,45 euros el kilo, siempre en origen (bodega o almazara). Es un 51% más que en el arranque del ejercicio que se va a despedir. En el caso del virgen extra, el estirón fue aún mayor. En el inicio de diciembre, cuesta 7,96 el kilo cuando un año antes valía 5,09. Es decir, se dio un aumento del 56,4%.

Si en vez de una foto fija, se toma un indicador más estable, como el valor del aceite en origen en Córdoba para la campaña 22/23 (del uno de octubre al 30 de septiembre), también se aprecia una escalada de vértigo. En el virgen, la media se situó en 5,39 euros el kilo frente a los 3,24 de la cosecha 21/22. El cruce de ambos indicadores deja una potente subida: +66,4%. En el virgen extra se dio un aumento igual de fuerte: +67,5% al pasarse de 3,45 euros el kilo a 5,78.

Y si el precio ha subido en origen, también lo ha hecho el que abona el consumidor final. El dato más aproximado que se puede obtener -porque el INE no baja al detalle provincial en el coste del aceite- es el de lo sucedido en Andalucía. Con el último indicador disponible, el de noviembre, en el último año este producto experimentó un aumento de su coste para el comprador de a pie del 46%.

La combinación de escasez de producto y sus altos valores de comercialización tiene, además, un impacto negativo en la exportación. Hasta septiembre, las ventas de aceite -uno de los dos pilares del comercio exterior cordobés- desde la provincia a otros países se situaron en 541,6 millones. Es un 9,3% menos y ese descenso influye en que el conjunto de las exportaciones haya saldado los tres primeros trimestres con una caída del 3,4%.

Y no hay perspectivas de que el alto precio del 'oro líquido' vaya a bajar a corto plazo. La campaña 23/24 será de nuevo corta. La Junta prevé que en Córdoba se produzcan 143.000 toneladas, cifrá prácticamente idéntica a la de la cosecha anterior.