La agroindustria cordobesa subraya el avance en la transformación digital pero señala nuevos retos

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En él, han participado representantes del sector empresarial cordobés: el director de Desarrollo de Negocio e I+D en Balam Agriculture, Juan Carlos Cañasveras; el responsable de I+D en Biopharma Biotech Econatur, José Ramón Fernández y el responsable de Innovación y Desarrollo de Negocio de Covap, José Antonio Rísquez. Han completado el panel de expertos la directora la cátedra internacional de Inteligencia Artificial y Agricultura de la Universidad de Córdoba (UCO), Rosa Gallardo; el gerente de Eprinsa (Empresa Provincial de Informática de la Diputación), José Luis Morales. La mesa redonda ha llevado por título 'Agroalimentacióno y transformación digital: la imortancia de digitalizar las explotaciones' y ha estado moderada por Luis Montoto, corresponsal económico en ABC de Sevilla.

El foro ha evidenciado la buena posición que tiene Córdoba en la digitalización de la agroalimentación -ejemplificado en los casos de éxito que han participado en él- y el potencial que tiene para seguir avanzando en él, pero también los retos a los que se enfrenta ese proceso.

El responsable de Innovación y Desarrollo de Negocio de Covap, gigante de este área de actividad, ha explicado la filosofía de esta cooperativa en este campo: «Se trata de potenciar la visibilización de los retos y confrontarlos con soluciones». Unos desafíos, ha proseguido, que tienen que ver con cuestiones clave de su actividad y de la de sus asociados: cómo garantizar las producciones ganaderas; desarrollar procesos productivos desde la economía circular (minimizar los desechos que no se pueden reutilizar) y la innovación en modelos de negocio.

Para articular todo ello, ha expuesto Rísquez, Covap impulsó en 2022 el programa GEN_, de innovación abierta, en el que trabajan con 'start ups' [empresas de base tecnológica] para desarrollar proyectos piloto. «Es una fórmula de interacción con muchos emprendedores», ha explicado. Y luego ha indicado que uno de ellos derivó en este año en la primera inversión de este gigante del sector agroalimentario en una 'start up': adquirió parte de Innogando, empresa de soluciones avanzadas para la monitorización del ganado.

Ha resaltado también la necesidad de trabajar en el aprovechamiento de los datos, en una época en la que se dispone de cantidades ingentes de ellos. «Nosotros llevamos meses ordenando la información para que sea veraz y la podamos cruzar con eficiencia», ha explicado. Se trata de promover una actividad «más sostenible o de optimizar procesos, como, por ejempo, en el caso de las rutas delos camiones de reparto». En cuanto a la receptividad del agricultor y el ganadero a las nuevas tecnologías, ha destacado que, por su experiencia, «la implementan si aporta valor». «Si la tecnología da soluciones, cualquiera la adopta».

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El director de Desarrollo de Negocio e I+D en Balam Agriculture, un nombre propio en la modernización de la olivicultura, ha mostrado los resultados que da la aplicación de la tecnología en el campo. Cuando llegan a una explotación realizan tareas de «mapeo del suelo o de diseño del riego viendo qué tipos de terrenos tenermos para regar». «El manejo del agua de que dispongamos es primordial. Logramos ahorrar un 30% del agua manteniendo la misma productividad», ha expuesto.

Igualmente aplican herramientas como «vuelos con drones, imágenes de satelite o la previsión de plagas con Inteligencia Artificial». Otra herramienta de interés son las «previsones de cosecha o de rendimiento. Facilitan a las almazaras organizarse sabiendo la cantidad de aceituna que entrará cada semana», ha explicado Cañasveras.

En cuanto a las líneas de trabajo de Balam, ha destacado su programa de mejora genética con la UCO para «la generación de nuevas variedades que se adapten al cultivo de secano y en seto». «En olivar en seto, han bajado constes de recolección. Ahora, queda disminuir los de la poda», ha explicado, para añadir que el agricultor «viene muy agobiado por no tener personal para recolectar y podar». «En lo que trabajamos, es buscar variedades que faciliten la mecanización y que necesiten poca mano de obra. Poda manual se requerirá, pero que sea muy poca y no muy especializada», ha reflexionado. Su labor de investigación, también trabaja en el desarrollo de variedades resistentes a las enfermedades y en la búsqueda de la máxima calidad del fruto. Ha finalizado indicando que los grandes agricultores tienen «más facilidades» para incorporar las novedades tecnológicas, pero que «los pequeños también las van utilizando ya», en la medida de sus posibilidades.

El responsable de I+D en Biopharma Biotech Econatur(firma de La Carlota -cuenta con siete patentes- y está presente en 40 mercados-) ha explicado la importancia que tiene la biotecnología, campo en el que son pioneros. «Supondrá la revolución en el siglo XXI como Internet lo fue en el XX. Ha estallado de forma brutal y ofrece múltiples posibilidades», ha augurado.

«Hay unas posibilidades tremendas para incrementar la productividad de los cultivos. Podemos revolucionar la agricultura desde lo invisible», ha asegurado. Ha resaltado uno de los proyectos que tienen en esta materia: en la lucha contra el mildiu que afecta a la vid. Se ha trabajado en activar «las defensas de las plantas». «Hemos desarrollado una metodología que nos abre un campo de futuro impresionante», ha indicado, señalando que se trata de algo similar a lo que serían las vacunas en los seres humanos.

Ahora bien, Fernández ha advertido de que hay otro campo que es clave para la agroalimentación: es «el análisis de datos». «Disponemos de cantidades ingentes de información y ahí tenemos un cuello de botella. Si logramos gestionar todos esos datos, tenemos una posbilidad de desarrollo tremenda», ha sentenciado.

El papel de la Inteligencia Artificial (IA) aplicado al secor lo ha expuesto la directora de la cátedra internacional dedicada a esta materia y a la agricultura de la UCO. Ha indicado que es «una tecnología que ofrece un potencial enorme a la agricultura para poder tomar las mejores decisiones». Pero de inmediato ha advertido de que es una herramienta en cuyo centro debe estar este área de actividad.

Para utlizarla, antes, hay que «conocer el ámbito al que se aplicará: sus complejidades y especifidades; las necesidades del sector o qué descisiones hay que tomar». Partiendo de esa premisa, ha defendido Gallardo, la IA puede «revolucionar» la agroalimentación. Y ha coincidido con otros interlocutores en la importancia de la correcta gestión de los enormes volúmenes de datos de que se dispone. «Sin esa información, la Inteligencia Artificial no puede desplegar todo su potencial», ha indicado. Luego, ha asegurado, categórica, que «la IA tiene sus riesgos, pero mayor riesgo tiene mirar a otro lado».

Ha incidido en la importancia de la colaboración entre la Universidad -ella fue la máxima responasble de Agrónomos durnte muchos años- y las empresas. La UCO, ha asegurado, es «consciente de que los modelos de innovación han cambiado». «Hoy, son mecanismos en red, donde universidad, centros de investigación, empresas y Amdnistraciones identificamos los problemas y cocreamos y avanzamos juntos con lo que la tasfrenecia de conocimiento sale de forma natural», ha asegurado. Un «ejemplo» de ello, ha expuseto, es la Cátedra de IA y Agricultura que dirige.

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«Es un caso de colaboración público-privada, que nace para  ser util alsector agrícola, para aprovechar el potencial de esta herramienta. Tabajamos con empresas que están desde el principio con nosotras y otras que se incorporan. Trabajamos en lo que nos indican ellas, como los asistentes virtuales. Lo hacemos también en la capacitación y formación del sector», ha asegurado.

Ha asegurado que «una parte del sector tiene facilidad para acceder a la tecnología». Pero, ha advertido, de que hay otra parte que tiene «obstaculos económicos, formativo, culturales o de rechazo al cambio». A estos últimos hay que« demostrarles lo que una herramienta como ésta puede conseguir».

El gerente de Eprinsa ha cerrado la ronda de intervenciones. Ha arrancado reivindicando que esta empresa pública lleva «34 años transformando la provincia». Luego, ha destacado «la importancia de las redes de comunicaciones». «Sin banda ancha, no se puede hacer nada», ha sentenciado. Ha recalcado la relevancia de que todos los pueblos dispongan de ella. «Sin ella, las tranformaciones no son posibles. Y los jóvenes la necesitan. Sin elementos de este tipo, la despoblación seguirá creciendo», ha avisado.

«Las carreteras digitales son necesarias. Y ahí la Diputación está haciendo un esfuerzo para que la banda ancha llegue a todaa la provincia. Estamos ya en el 92%. Pero cada uno por ciento que resta es mucho dinero», ha reflexionado Morales. Luego, ha añadido que todos los municipios deben disponer también de «red IoT [Internet de las cosas], que es importante para conseguir datos».

Ha destacado, además, el papel que deben tener las Administraciones financiando proyectos para que el sector agroalimentario incorpore tecnología. En ese campo, ha indicado la importancia de explotar al máximo los mecanismos de la compra pública innovadora -involucra a la Adminstración, las empresas y las universidades en el desarollo de proyectos tecnológicos-.

Ha finalizado dejando tres advertencias en las que mejorar: Códoba necesita más personal formado en la matería -«Nuestros tecnólogos se están fugando a Málaga, Madrid u otros lugares de Europa-; «la mujer se está quedando fuera del mundo de la tecnología»; y la necesidad de que las empresas se doten de seguridad para protegerse ante la ciberdelincuencia.

A modo de resumen, Gallardo destacó que «Córdoba está liderando el impulso de la transformación digital del sector agroalimentario». «Es algo que se reconoce mucho fuera. Las herramientas para gestion intelegente del regadío, el uso de la IA en los procesos del sector. Esas son cosas que se hacen desde Córdoba», ha finalizado.