Este agente ha contado a los medios tras mostrar su gratitud por recibir esta distinción del Cuerpo que todo sucedió en unos instantes: «estábamos en Chipiona en la playa, este mes de agosto de vacaciones, -era la primera vez que íbamos- y de repente me avisa mi hijo Mario, que se estaba bañando para decime que había un hombre mayor bocabajo flotando, que había dejado de nadar y había que ayudarle«.
Entonces este agente corrió rápidamente hacia el agua, comprobando que ya no respiraba, lo arrastró unos 25 metros hasta la orilla, y pidió ayuda. «Comprobé que estaba inconsciente, que comenzaba a tener manchas en la piel por la falta de oxígeno, se acercaron a ayudar algunas bañistas y uno de ellos dijo que era enfermero y comenzó las técnicas de Reanimación Cardiopulmonar (RCP) hasta que llegaron los servicios sanitarios«.
«Pasamos unos minutos angustiosos, porque además la familia de este hombre de unos 75 años, se encontraba allí mientras todo ocurría», recuerda este agente del Seprona.
La historia acabó con final feliz. «Finalmente este hombre, que había estado a punto de ahogarse recuperó la respiración y lo trasladaron a un centro hospitalario para su recuperación«, ha explicado a los medios este agente condecorado por su labor humanitaria tras recibir la medalla.
«Para mi es un honor pertenecer a la Guardia Civil», ha señalado, mientras bromeaba con el hecho de volver a esa playa después del gran susto. «Mi hijo lo vivió el rescate en primera persona y parecía que estaba bien, hasta que cuando todo se calmó y se llevaron al hombre en ambulancia, me dijo: papá vamos a sentarnos un poco que me encuentro mareado».
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete