CÓRDOBA, EN CLAVE DE FUTURO
Julia Figueroa, una llave maestra
La deportista se encuentra entre las 16 mejores judokas del mundo y está clasificada para los Juegos de Río 2016
R. AGUILAR
De todo tiene la culpa, bendita culpa, una serie de actividades extraescolares a las que Julia acudió cuando era una niña pequeña en el colegio público Torre de la Malmuerta, que estaba recién abierto cuando ella estudiaba en sus aulas. «Mis padres me ... apuntaron a judo porque ésa era una de las pocas alternativas que existían entonces en el centro para hacer algo por las tardes, y mira...», comenta quien se hizo con el cinturón negro en ese arte marcial a los quince años y, a los veinticuatro que tiene ahora, ha sido ya siete veces campeona de España, además de otras tantas de Andalucía. Del gimnasio del colegio dio el salto a la escuela de Paco Prados cuando ya estaba en el instituto. Allí fue donde empezó a competir.
Nacida y criada en el popular barrio de Santa Marina , Julia ha hecho una forma de vida de la disciplina en la que entrena entre cinco o seis horas al día. «A mí me encanta el judo. No lo entiendo sólo como un deporte. Es algo más. Es una manera de entender el mundo. Me levanto y me dedico a él, como quien se levanta y se va a la oficina, al trabajo», explica esta joven cordobesa que compatibiliza la dedicación al arte marcial con unos estudios de Fisioterapeuta.
Pero su pasión es el judo. «¿Que por qué me gusta tanto? Tiene muchas en común con otras artes marciales , claro que sí, como por ejemplo el respeto por los compañeros. Lo más importante para mí, sin embargo, es que se trata de una forma muy eficiente de descargar mi genio y mi energía, de acostarme cada noche con la sensación de que he hecho algo bien, de que he ganado . Porque yo soy una chica a la que le gusta ganar», suscribe Julia.
Un arte marcial amable
Que el judo es el arte marcial más amable de cuantos existen no es un hecho que se le escape a esta deportista. Amable en el sentido de que el común de la gente lo considera una disciplina enfocada más hacia la defensa que hacia el ataque. Julia lo explica con la propiedad que le da la experiencia. «Sí, es cierto que el judo no es tan agresivo como el kárate o el taekwondo, porque no se trata de dar golpes, pero es cierto que sí que usas todo tu cuerpo en los combates, todo el peso de él para defenderte y hacer llaves contra quien te enfrentas», señala Julia. Además, añade la joven, es una actividad «muy divertida, de las que pican cuando la practicas, de las que te llevan a seguir dedicándole horas y horas. Al menos eso fue lo que me pasó a mí. Y, claro, no hay que olvidar la faceta espiritual, que la tiene como todo arte marcial y que a mí también me interesa mucho».
La mirada de esta deportista trasciende a los recintos en los que entrena y en los que se mide con sus rivales. Porque ella tiene una opinión bien formada acerca de la ciudad en la que se crió y en la que sigue residiendo su familia: ella lleva siete años fuera de Córdoba , los últimos en Valencia, donde forma parte de un club de judo de alto nivel y donde se encuentra el Club de Tecnificación Nacional. «A mí Córdoba me gusta mucho, muchísimo y creo que ese sentimiento nunca va a cambiar porque lo llevo muy dentro», recalca Figueroa. «La ciudad ha cambiado bastante en el tiempo que llevo fuera. Lo noto cuando lo visito. La transformación es evidente. La verdad es que no voy mucho a Córdoba, pero cuando voy veo mucho movimiento, mucha actividad comercial y de ocio, aunque sigo echando en falta que se apueste más por la cultura o por el deporte », defiende.
Entre los lamentos sobre la ciudad que la vio nacer, la deportista tiene uno que sobresale: es el que se refiere a la consabida fuga de talentos, a los jóvenes que no tienen más remedio que hacer las maletas para buscar un futuro prometedor. «La verdad es que tengo muchos amigos, muchos compañeros de estudios, que se han ido a otras ciudades o a otros países para tener puestos de trabajo en condiciones o para poder alcanzar sus metas».
Irá a las olimpiadas
Esta judoka no puede tener queja de lo que va de año. El laurel del éxito le ha llegado en estos seis meses justo en citas internacionales, en ese territorio al que han de irse los cordobeses tocados por la fortuna para encontrarse con lo mejor que pueden dar. La destreza de Julia, su dedicación y su constancia en los entrenamientos le ha valido el segundo puesto en Grand Prix de Tbilisi y el quinto en el Grand Prix de Zagreb , además del lugar preeminente en el podio del Campeonato de España ABS. Figueroa está clasificada para las Olimpiadas de Río de 2016.
Julia Figueroa, una llave maestra
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