El Córdoba entrena con las puertas abiertas y cargado de tensión

Por lo tanto, y consumado el descenso, se esperaba que hubiera afluencia de aficionados con la idea de pedir explicaciones a los jugadores por la patética imagen mostrada en el campeonato de Liga de Primera División y especialmente en los últimos compromisos. Desde el Córdoba, y a través de redes oficiales, se había transmitido que el argentino se quedó en el gimnasio haciendo trabajo específico, así como Borja García o Fausto Rossi tenían permiso por compromisos personales.

Con casi 45 minutos de retraso con el horario previsto, los jugadores del Córdoba se han sometido a una sesión de trabajo suave para los que jugaron el partido ante el Granada y poco intensa para aquellos que no lo hicieron, limitada a una serie de partidillos de dos contra dos y tres contra tres. Mientras, componentes del grupo Brigadas blanquiverdes comenzaron una lista de cánticos y gritos reprobando el rendimiento de los jugadores.

Incluso, hubo algunos momentos de fricción cuando Juan Carlos se encaró mientras corrían o Campabadal esbozaba una abierta sonrisa. Sin embargo, fue Pantic quien más tensión ha provocado al hacer un gesto a la grada con pulgar arriba cuando se le recordaba el penalti cometido en Los Cármenes.

A la conclusión del entrenamiento, los aficionados que habían acudido al partido pidieron que el autocar que trasladaba a los jugadores al estadio se parara y que algunos componentes de la plantilla bajaran para dar explicaciones. Llegaron a ponerse por delante del mismo, si bien el delegado de equipo, Julio Cruz, y José Urbano, responsable de las instalaciones, disuadieron finalmente de tal posibilidad a los manifestantes. De esta forma acabó una mañana tensa en la Ciudad Deportiva en la que se llegó a pedir el regreso de Rafael Gómez con un «que vuelva Sandokán».