BATALLA DE LAS FLORES
Claveles como «arma» arrojadiza
Miles de personas llenaron ayer las calles de la ciudad y disfrutaron de sus Cruces y de la popular Batalla de las Flores
d.d.
Restaba aún más de media hora para que comenzase la acometida floral desde la caravana de carrozas, pero el Paseo de la Victoria ya bullía por el gentío. Entre la multitud, las ataviadas con trajes de volantes agitaban sus abanicos mientras señalaban, resoplando, los 33 ... grados que marcaba el termómetro de la avenida. También aguantaban el azote del mercurio, botella de agua en mano, quienes decidieron asistir al «combate» de chaqueta y corbata; y en los jardines del Kiosco de la Música, no pocos se apretujaban para resguardarse del sol bajo las «cotizadas» sombras arbóreas.
A las 13.00 en punto sonó en ensordecedor «chupinazo» que anunciaba el comienzo de la «contienda»: comenzaba la popular Batalla de las Flores que cada año organiza la Federación de Peñas Cordobesas, y que supone el preludio del Mayo Festivo. En total, doce carrozas desfilaron con una colorista y cuidada decoración, desde las que se lanzaron en torno a unos 130.000 claveles (de ida y vuelta) en poco más de una hora.
Quienes más disfrutaron de esta «lid» de flores fueron los pequeños, que, a pleno pulmón, instaban a las peñistas de la carrozas a que les lanzasen más y más claveles. Tampoco ocultaron su entusiasmo los foráneos, extranjeros y nacionales, que se sumaron al festejo. «Nos habían recomendado que no nos lo perdiésemos y lo hemos pasado muy bien», explicaba María Rosa, quien junto a su familia llegó ayer a la ciudad desde Barcelona para disfrutar del puente.
En total, según las estimaciones de la Policía Local, la fiesta logró congregar a unas 4.000 personas, que, una vez finalizada la celebración, se repartieron entre las distintas Cruces de Mayo (sobre todo, las más populares), además de cafeterías y restaurantes preparados para atender a sus potenciales comensales.
En la cruz instalada en San Felipe no cabía un alfiler. Los platos de tortilla de patatas, bolitas de flamenquín, croquetas y salmorejo llenaban los barriles instalados en la plaza, mientras no paraban de sonar a todo volumen sevillanas a través de los altavoces. «No podemos quejarnos, la cosa va muy bien de momento. Y todavía queda lo más ‘gordo’», apuntaba uno de los camareros mientras servía cañas y una jarra de rebujito.
Buenas perspectivas
Igual de optimistas se mostraban los hermanos de las Penas de Santiago, encargados de la cruz que se ubica en la plaza de San Andrés. El teniente hermano mayor primero, Javier Palma, apuntó que «es el primer año que la nueva junta de gobierno se ocupa del festejo y confiamos en lograr una buena recaudación; así podremos conseguir estrenos para la hermandad».
Muy cerca, frente a la iglesia de Santa Marina, la popular cruz que cada año acompaña a la estatua de Manolete las raciones no paraban de pasar. A través del megáfono, una voz animaba a «probar nuestros cartuchitos de pescado por tan solo cinco euros. Y nuestras gambitas, recién llegadas desde Huelva, a 8 euritos». Desde la barra, donde los clientes aguardaban en tercera fila, apuntaban que «no paramos ni un segundo. Esto es Mayo».
Quejas vecinales
Por otro lado, los vecinos de la Fuenseca denunciaron ayer la suciedad que dejan las Cruces y criticaron al Ayuntamiento por no tomar medidas al respecto, a pesar de las promesas responsable de Festejos del Consistorio, Amelia Caracuel. En un comunicado, los residentes de la zona apuntaron que «nuestras calles se convierten en un gran botellón, en un gran estercolero de botellas vacías, botellas rotas, bolsas de plástico y por si esto no fuera suficiente, en urinario público. Conclusión: hemos soportado una vez más el abandono del Consistorio de nuestra ciudad». Ante ello, la concejala de Seguridad, Carmen Sousa, señaló que «ayer [por el jueves] calculamos que había en las calles de Córdoba unas 22.000 personas. Hasta que no empiezan a desalojarse las Cruces, en torno a las dos de la madrugada, no puede entrar Sadeco a limpiar. Entiendo las molestias que se ocasionan, pero le pido a los vecinos un poquito de paciencia», manifestó.
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