PRETÉRITO IMPERFECTO
Obras son amores y buenas razones
El Centro de Ferias y Convenciones ha venido a honrar la memoria de una Córdoba que se vanaglorió de ser lo que no era
FRANCISCO J. y POYATO
SIN alharacas, e impregnados de un temor sostenido al precipicio y el fracaso por un proyecto maldito, el PP ha sabido gestionar casi a media luz y en silencio lo que en tiempos fue el boato y simbolismo del Palacio del Sur. La obra cumbre ... del rosismo y el socialismo de mocasín en el que tanto abundó Mellado sin pasar por la casilla de salida. Con un tercio del tiempo que aquel improductivo compendio gubernamental empleó en dilapidar una década de Córdoba y una decena de millones de euros, el gobierno municipal de Nieto ha cosido con el hilo justo una herida demasiado profunda y sucia en la epidermis local y su imaginario colectivo. Sin apenas anestesia. Mas con la inestimable cooperación y colaboración del matriarcado de la Junta de Andalucía, con cero euros de apoyo, plena artillería dialéctica y el persistente torpedeo —tribunales incluidos— de las fuerzas de progreso, los populares han conseguido llevar a término un ejercicio de sentido común, pragmatismo y reciclaje público que, si todos los hados le acompañan, permitirá en apenas dos años disponer de un espacio multifuncional inédito hasta ahora. Valga la irónica hipérbole. Tan obvio como heroico.
Hemos de ser honestos y advertir que no fuimos conspicuos seguidores de una idea que nació bajo los focos de las antiguas maneras. En aquel propagandístico ensayo en el que un candidato a la Presidencia de la Junta de Andalucía como Javier Arenas respaldaba en 2012 y en la sede de la CECO, dechado de arbitrio y generosidad, la infografía que el estudio De-La Hoz había planteado como leit motiv para los primeros capítulos del nietismo. Las trazas repetían modos y lecturas de viejos tiempos. Aquellos en los que se imponía el divismo arquitectónico del holandés errante, su chequera y peña de corifeos. En esa maquetópolis con producción de Ridley Scott que fabricaba una realidad tan inconsistente como presuntuosa, dados los mimbres existentes, de replicantes equipamientos.
El discutido edificio que nació en el Parque Joyero de la prolongación megalómana de don Miguel (una hernia en la tripa contable de BBK-Cajasur) puede convertirse a la vuelta de la esquina en el cajón de sastre que tanto añora esta ciudad. Tan simple y necesario. Un congreso multitudinario, un serial de ferias comerciales de enjundia, un gran concierto, un sobresaliente evento deportivo... Un mecano de variedades comerciales y turísticas que complementen la oferta de una ciudad que debe crecer en calidad más que en cantidad, dado el buen momento que la marca intrínseca atraviesa en el escaparate nacional. De una ciudad poco acostumbrada a creer en sus posibilidades sin necesidad de inventarse falsas trazas de metrópolis o rancios collares de tópicos.
El Centro de Exposiciones, Ferias y Convenciones de Córdoba (con acrónimo de reacción química) ha venido a honrar la memoria de una Córdoba que se vanaglorió de ser lo que no era, y acabó pagando el órdago. Cosas que pasan. En tres años, y sin que hurgue mucho en el proyecto la intrépida eficacia de Luis Martín, el Ayuntamiento está a punto de terminar con una especie de maldición y gafe que tanto nos ha alejado del patrón común de las grandes urbes. Bueno, bonito y barato para que sea gestionado con la misma eficiencia y rentabilidad por el bien de la economía cordobesa. Obras son amores, y buenas razones para argumentar que nos declaramos seguidores acérrimos de la política que preconiza este pan para este queso, y este queso, para este pan.
Obras son amores y buenas razones
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