un 40% más

El colapso de Urgencias

Unas 400 personas al día pasan por las emergencias del Reina Sofía con muchas horas de espera

El colapso de Urgencias abc

P. GARCÍA-BAQUERO

Los familiares de un señor con insuficiencia respiratoria de 85 años entraron a la una la madrugada de este jueves por la puerta de Urgencias del Reina Sofía. Durante la mañana de ayer, el paciente se encontraba en la sala de Observación sentado en un ... sillón con el oxígeno puesto mientras aguarda una habitación. En la misma situación está otro paciente al que el postoperatorio le ha ido mal en casa y ha tenido que volver con una anemia galopante por pérdida de sangre. Ingresó a última hora del miércoles y en la misma sala de observación se encuentra sentado en uno de los sillones donde ahí mismo se le han hecho dos transfusiones de sangre.

Los pacientes no se quejan del trato médico, que califican de «inmejorable», pero la falta de camas libres y la saturación del servicio de Urgencias sí que creen que deja mucho que desear. En Observación no hay intimidad alguna. Las cortinas apenas separan una camilla de otra, y los pacientes ven perfectamente cómo le cambian la cuña a su vecino de enfrente u oír cómo parece agonizar otra persona dos camillas más a la derecha. Las instalaciones son nuevas prácticamente y ya están obsoletas. Una realidad que va unida al hecho de que los recortes en los dos últimos años hacen mella. En algunas plantas son dos enfermeras y una auxiliar la que atienden a 36 pacientes, algunos en estado crítico, que sufren paradas cardiorrespiratorias y necesitan una enfermera a su lado casi dos horas. La otra, mientras tanto, tiene que hacerse cargo de los 35 pacientes restantes. Los contratos nuevos se han recortado a un 66 por ciento y en los mejores casos al 75 por ciento de la jornada. Las bajas no se sustituyen (las de las auxiliares de enfermería, menos aún) y las vacaciones las tienen que postergar porque los suplentes no dan para tantas horas, relatan los profesionales.

A esto se une que desde las 8 de la tarde a las 8 de la mañana, los médicos adjuntos no están presentes físicamente en el hospital sino que se van a casa, y sólo en caso de complicación es el residente el que los llama por teléfono. «Algo que se intenta evitar, por miedo incluso a molestar a los adjuntos, por parte de los médicos residentes que se apoyan en muchos casos en las enfermeras con experiencia en las distintas especialidades», cuentan a ABC trabajadores sanitarios del propio hospital universitario.

En el servicio de Urgencias, el cribado de pacientes va del 1 al 5 según explica el jefe de sección de Urgencias, José Manuel Calderón de la Barca, y, prácticamente, un 40 por ciento de las urgencias resultan ser banalidades. Independientemente del pico que se produjo el lunes pasado, en una época de «alta frecuentación», sigue aminorándose pero aún así son altísimas. Calderón explica que «el paciente requiere una atención como si tuviera realmente algo urgente, hasta que no se trata al mismo». «Los 350 pacientes de media se superan en el frío en invierno y el calor en verano, sobre todo, pacientes mayores con patologías crónicas, se descompensan y hacen que ronde el incremento en torno al 10 por ciento. Dentro de esta época existen días que son imprevisibles y supone una puesta en tensión no solo del servicio de urgencias sino de todo el hospital», reconoce.

Otra causa del colapso que se vive en las Urgencias es, a juicio del sindicato Médico, el «progresivo desmantelamiento de la Atención Primaria» debido a que «la dilación en la concesión de citas en los centros de salud provoca que muchos usuarios opten por dirigirse directamente al Reina Sofía». Desde el Sindicato Médico recuerdan la promesa por parte del SAS de un tercer punto de Urgencias extrahospitalarias no se ha hecho realidad pese a que sería incluso necesario un cuarto punto de Urgencias más, «sine die» por parte de la Junta.

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