QUERIDOS REYES MAGOS

Por la fecha en la que se supone que estamos, observo que el tiempo en el resto de España ha transcurrido con normalidad y prima de riesgo a la baja y por ello ya asoman otras cabalgatas cerca de mi salita, pero lo que es en mi casa y en La Nuestra sigue siendo 2014, salvo que salga Susana y diga lo contrario. Es lo que tiene ser andaluz: que te vuelves muy obediente. Disciplinado. Autómata. Aquí naces en cualquiera de los hospitales públicos del sistema andaluz de salud y de seguida te hacen un trasplante y te colocan siete células madre en el escroto, caso de ser varón, o en la amígdala, si eres andaluza.

Estamos a la vanguardia de la investigación médica y de la gestión pública de monumentos. Las ruinas de Medina Azahara, por ejemplo. Responden exactamente a su nominación porque las goteras del centro de visitantes del enclave palaciego son ruinas contemporáneas que sirven para no desentonar con el entorno. Y es que esta gente es estudiada y lo tienen todo atado, por ello llevamos 30 años con el progreso que nos rebosa por las orejas y arrinquitaun. Si 2015 aún no ha llegado a Canal Sur, no hace falta porque el tiempo está detenido en Andalucía como en Córdoba, que tenemos un máster en movidas cíclicas que dan vueltas sobre sí mismas y nos mantiene a los cordobeses y a los peñistas como en formol.

Por eso le veo a la candidata podemita poco futuro; porque es demasiado moderna, demasiado transgresora, demasiado total que lo flipas, demasiado o sea, y claro, el progreso va por otro lado que es el lado que no va a ninguna parte y que nos mantiene disciplinados, autómatas y obedientes. Y así que aquí estoy esperando que el realizador enfoque ese campanario almeriense y me diga que ya por fin es 2015, y pueda escribiros la carta de este año en la que voy a solicitar muy pocas cosas, ciertamente.

Yo con ver algún día el carril derecho de la Plaza de Colón libre de cabestros me conformo. Fijarse si pido poco. O mucho, según se mire y suponiendo que ningún rey mago haya abdicado o se me haya vuelto republicano, que cualquiera sabe. Si somos capaces de parar el tiempo y comernos las uvas este verano con tres espetos, cualquier cosa puede ocurrir.