El sol de cada día
JUAN REDONDO MUÑOZ
«Yo cogí el sol entre mis manos, y lo repartí, y lo repartí». Esta frase, yo diría lapidaria, de Jorge Guillén, me da pie para disertar a mis lectores de algo tan vital como es el sol de la vida en el hombre y ... para el hombre.
Pero, prescindiendo, por unos momentos, de esta verdad como fuerza y necesidad para esta sociedad, a mi entender yo diría que el sol presentado por el poeta es más que una fuerza un compartir y un ofrecer el calor y la amistad a cuantos con nosotros convivan.
El sol es como una parte del amor, como sustento de vida, y es también lucimiento y transmisión en los demás en arcas de felicidad mayores. El sol es riqueza, es luz y bienestar para todo ser vivo y, es derivación de un amor que recibimos y deberíamos infundir en el corazón y el espíritu de otros más necesitados. Obligados, por principio a repartir con aquellos más desfavorecidos.
La pobreza, el frío y el desamparo de muchos ha de ser sustituido en arrope de este sol luminoso que se nos ha sido regalado.
Breve y certero.
El sol de cada día
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete