2015, DECISIVO PARA ESPAÑA Y EL MUNDO

La acción del Ejecutivo será contrarreloj, porque llega al período electoral con incertidumbres, en unos casos, y de buenos resultados que aún no convencen a la mayoría, en otros

EL Gobierno finaliza su mandato en un año que se inicia con capítulos de su política ... abiertos y tienen el desenlace remitido al último suspiro de la legislatura. España se la juega. La acción del Ejecutivo tendrá que desarrollarse contrarreloj, porque ha llegado al periodo electoral rodeada de incertidumbres, en unos casos, y de buenos resultados que aún no convencen a muchos españoles, en otros. Tanto la actividad económica como el mercado laboral presentan una evolución positiva. Hace tres años cualquier pronóstico ponía a España al borde del desahucio financiero. Este es el momento de comparar y concluir que ahora España está mejor. Negarlo es una manipulación. Cuestión distinta es que esa mejora macroeconómica aún no persuada a los ciudadanos, porque no la sienten en sus bolsillos. El Gobierno no debe cometer más errores de comunicación sobre la realidad de la crisis y su arraigo en los hogares.

También la opinión pública se está fraguando ante los procesos electorales de este año con los impactos continuos de la corrupción. La sociedad podrá entender mejor las iniciativas legales del Gobierno contra los corruptos que la oposición destructiva del PSOE. De esos comicios es probable que surja un escenario político novedoso, en el que el bipartidismo quede dañado y se vea sustituido por un tiempo de alianzas en el que el mayor riesgo para la estabilidad política del país sería un frente de izquierdas. Los socialistas han descartado cualquier pacto con el PP que cierre el paso a minorías ultras, como Podemos. El peligro del populismo es para España y para cada uno de los ciudadanos que han podido encontrar trabajo, que en este año verán rebajados sus impuestos o que han recibido un pequeño crédito. La extrema izquierda empobrecerá a los que ahora están cerca de salir de la crisis. El fenómeno y su arriesgada irrupción no es en absoluto privativo de España y ya no hay país europeo donde en sus extremos ideológicos no surjan «salvapatrias sociales».

Cataluña será otro apartado esencial del nuevo año, porque la estela del 9-N se está difuminando y la normalidad es lo que menos conviene a los nacionalismos extremistas. Un adelanto electoral es muy probable, aunque lo importante ahora en Cataluña es zanjar el estado de impunidad del que goza el nacionalismo.

En el terreno geoestrátegigo, la lucha contra el yihadismo, concertada con nuestros socios y otras naciones, es la prueba de fuego que este 2015 pone ante las democracias del mundo, que además debieran sacar definitivamente la cabeza de esta crisis global, en la que la acción impulsora del BCE tiene que ser decisiva.

2015, DECISIVO PARA ESPAÑA Y EL MUNDO

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