El norte pierde 3.192 habitantes desde 2003 frente al alza global de Córdoba

Éstas son las principales conclusiones de los últimos datos demográficos del Instituto Nacional de Estadística (INE). Si se analiza la última década (31 de diciembre de 2003 a la misma fecha de 2013), se ve que, de las ocho comarcas de la provincia, el Guadiato y Los Pedroches son las que más se despoblaron. La primera tuvo una bajada del 4,5% (de 32.415 habitantes pasó a 30.955) y la segunda, del 3,1% (de 56.585 a 54.853). Entre ambas, el norte perdió 3.192 vecinos, lo que implica una merma del 3,6%. Ese descenso choca con que el conjunto de la provincia sí creció: un 2,5%, de 779.870 empadronados saltó a 799.402.

En el Guadiato, su principal municipio (Peñarroya) sufrió una caída más acusada aún que la mancomunidad: 7,5%, para quedarse con 11.430 residentes. Eso sí, el descenso más fuerte en esta comarca lo sufrió Fuente Obejuna (10,3%). El atractivo menguante del Guadiato se explica por el retroceso económico provocado desde hace tiempo por el cierre progresivo de la minería del carbón, que se ha visto acentuado por la crisis general.

Y no se despuebla más gracias a Espiel (2,5% de alza y 59 residentes más), el ejemplo de un municipio que con su apuesta por la industrialización ha sobrevivido al fin de la minería, Villaharta (16,9%; 104 más) y Obejo. Se da la paradoja de que este último municipio es el que más habitantes ganó en Córdoba la última década. Pasó de 1.500 a 2.012 (alza del 34,1%).

Obejo, que comparte la populosa barriada de Cerro Muriano con Córdoba, lidera el grupo de las cinco localidades con más crecimiento. Todas ellas están colindantes a la capital, un factor clave para entender su crecimiento. En este periodo, engordaron su padrón con personas que dejaron Córdoba ciudad, donde el valor de la vivienda se disparó de forma vertiginosa en los años de bonanza. El entorno de la capital, operando como ciudades dormitorio, ofreció a muchos la posibilidad de vivir cerca de Córdoba y de hacerse con una casa a un precio mucho más asequible del que se pagaba en Levante, Arroyo del Moro, Ciudad Jardín o el Casco.

Los Pedroches fue la segunda comarca con peor comportamiento, por el ya reseñado descenso del 3,1%. De sus 17 municipios, colocó cinco entre los diez que más bajaron [ver despiece en esta información]. Su dato no fue aún peor por las subidas de Alcaracejos (5,6%), Añora (1,2%) y Pozoblanco (4,4%). Este último, que tiene a su favor ser la cabecera de esta mancomunidad, ganó 732 residentes y cerró 2013 con 17.491. Completó el listado de comarcas con descenso la de Guadajoz y Campiña Este: un 1% (403 personas menos).

Al otro lado de la balanza se situó la Vega del Guadalquivir. De 63.631 habitantes saltó a 70.660. Eso implica un alza del 11%, que le vale para ser la mancomunidad con más crecimiento. Y especialmente fuerte fue la subida de sus localidades colindantes con la capital: La Victoria (32,3% de alza y 583 residentes más); Guadalcázar (32% y 389); La Carlota (23,8% y 2.669). Estos tres municipios ocupan la segunda posición, tercera y quinta, respectivamente, en el listado de las localidades con mejor evolución. Situó otros tres municipios entre los diez con mayor subida: Fuente Palmera (alza del 9,1% y séptimo); Almodóvar (8,9% y octavo), muy beneficiado también por la proximidad a la capital; y Palma del Río (7,7% y décimo).

Por detrás se situaron las mancomunidades de Campiña Sur y la Subbética, ambas con un 2,9% de crecimiento. En la primera, Puente Genil, su principal localidad, ejerció de locomotora (6,3%). En la segunda, sólo ganaron residentes seis de sus 14 municipios. Ahora bien, el aumento se dio en los más poblados. La palma se la llevó Lucena, con un alza del 8,9%. Tras ella, cerró 2013 con 42.748 habitantes.

Pero en la Subbética se hace muy necesario bajar al detalle para detectar que dos de sus localidades tuvieron un saldo especialmente negativo. Zuheros perdió un 17% de su población —142 habitantes menos—, lo que la hizo liderar en la provincia la clasificación de bajada de empadronados. Y en esa lista negra estuvo sexta otra de sus localidades: Fuente Tójar (10,4%).

Los crecimientos más modestos los experimentaron la mancomunidad del Alto Guadalquivir (2,7%), con Villafranca, otro municipio que se beneficia de ser limítrofe a Córdoba, disparando su población un 30%, y la capital (2,6%).

Hay que puntualizar, especialmente en el caso de las subidas, que Córdoba vive de las rentas. La provincia en su conjunto logró un buen balance positivo en la última década gracias al aumento de su población hasta 2010, época con muchos años de bonanza económica, pues 2011, 2012 y 2013 los saldó con pérdida de sus empadronados. La provoca, sobre todo, la crisis, que lleva a extranjeros y a cordobeses a desplazarse a otros territorios.