El cibercalifato: la gran amenaza yihadista para Andalucía

Ese día la yihad estalló en Andalucía. Aquel marroquí con problemas psiquiátricos era un 'lobo solitario' radicalizado «de forma exprés» a través de un móvil con sermones de imames del Estado Islámico.

Unos días antes, el 9 de enero, la Policía Nacional, en colaboración con el Centro Nacional de Inteligencia (CNI), habían llevado a cabo una operación con dos detenidos en El Ejido (Almería). Hubo un tercer arrestado en Marruecos. Los supuestos terroristas formaban parte de una célula que había jurado fidelidad a Estado Islámico (Daesh) para cometer acciones terroristas. Aquellos detenidos mantenían vínculos con responsables para llevar a combatientes a la región del Sahel. Además, compartían en redes sociales contenido extremista.

Los detenidos en España tenían la intención de viajar por carretera hasta Mali para integrarse en las filas de la franquicia regional de Daesh en el Sahel. «Es una reivindicación de estos grupos terroristas recuperar Al-Andalus, pero el objetivo es proclamar el califato en todo el mundo y todos somos enemigos», asegura Pilar Rangel, profesora de Derecho Internacional Público de la Universidad de Málaga y especialista en yihadismo.

La Guardia Civil, en colaboración con el CNI, el 17 de junio volvió a actuar contra la yihad en la región. En esta ocasión fue en Lucena del Puerto, Huelva. Un marroquí de 33 años fue detenido por un presunto delito de difusión de propaganda yihadista a través de redes sociales. En el caso de Huelva, este sujeto había creado canales en varias plataformas para este fin. Además, mantenía relación con otras personas condenadas por integración en una organización terrorista y se encontraba en un avanzado proceso de radicalización. El detenido dirigía el rezo en 'oratorios' musulmanes pese a no estar acreditado para ello. Esta fue la última operación antes del ataque de Hamás a Israel que, según fuentes consultadas, ha «intensificado» los niveles de alerta y ha precipitado que haya más operaciones. Desde el 7 de octubre a finales de año se dieron en toda España medio centenar de intervenciones contra esta amenaza.

En Andalucía, después de ese punto de inflexión, la primera detención fue el 20 de octubre. La Policía Nacional hizo una operación simultánea en Cubelles, en Barcelona; Madrid y Huétor Tájar (Granada) a varias personas conectadas por grupos en redes sociales. El líder estaba en Andalucía y se apodaba 'El Califa'. Los detenidos en Cataluña se habían radicalizado de forma «exprés» por estos canales de comunicación. Los detenidos tenían hasta un manual para construir la TATP, el explosivo elaborado por la célula terrorista de los atentados de Barcelona y Cambrils en 2017.

«En las ultimas detenciones nos hemos encontrados casos de autoradicalizacion, donde los Cuerpos de Seguridad del Estado han tenido que actuar de forma inmediata antes de que cometieran un atentado. La autoradicalización se produce principalmente por internet con material y propaganda del 'cibercalifato'», explica Rangel, sobre el proceso de creación de un 'lobo solitario'. No fue el caso del detenido el 27 de octubre en Benahavís por la Policía Nacional con apoyo del CNI. El hombre de 41 años estaba relacionado con el autor del atentado de Bruselas en el que murieron dos suecos, pero no era un 'lobo solitario'.

El detenido tenía una Orden Internacional de Detención y Entrega de Bélgica por una condena de ocho años de prisión por delitos de tráfico de drogas, tráfico de armas, blanqueo de capitales y pertenencia a organización criminal. Fuentes consultadas explican que no era un yihadista como tal, sino que dio soporte al autor de los atentados. Era un fugado con contactos en los bajos mundos belgas que dio apoyo a un terrorista por dinero. Un colaborador sin escrúpulos. Precisamente fue a la célula de Abdel Bary, el retornado desde Siria a Europa más peligroso, la que mostró el músculo financiero de estas organizaciones. La sentencia del año pasado de la Audiencia Nacional, tras ser detenidos en Almería en 2020, detalló un entramado financiero de estafas por internet que conseguía sufragar los gastos de la yihad. Internet es vía de financiación, pero también de difusión de las ideas políticas de partidos Tehreek-e-Labbaik de Pakistán.

Al menos hubo un detenido en Málaga dentro de una operación con 14 arrestos en varios puntos de España por seguir a este partido, que está definido en la comunidad internacional como «populista islamista que se se centra en el concepto de Nizam-e-Mustafa: la idea de establecer un Estado islámico de línea dura impulsado por la Sharia». Después de eso, la Policía Nacional detuvo en Níjar (Almería) el 20 de noviembre a otra personas. Se le achacan los presuntos delitos de autoadoctrinamiento y enaltecimiento terrorista. Según apunta la investigación, habría iniciado un proceso de radicalización a través de las redes sociales, desde donde consumía contenido yihadista de Daesh y a su vez lo compartía con otras personas.

La última intervención de 2023 fue en La Rinconada (Sevilla). El detenido formaba parte de una comunidad llamada 'muyahidines virtuales'. Ahí se habían creado numerosos perfiles en diversas plataformas para apoyar y difundir la doctrina más radical del Islam con imágenes y videos de las acciones violentas de Daesh. Además, trataban de captar 'guerreros' y financiación para el terrorismo.

«El último detenido en Montellano (Sevilla) era peor, porque se han encontrado explosivos y, según la Policía, su idea era cometer un atentado de forma inmediata. Es muy preocupante el gran numero de casos de menores que se han detectado inmersos en un proceso muy alto de radicalización«, asegura Pilar Ranquel, que se refiere a la última operación llevada a cabo en Andalucía. Fue el 22 de enero y resultó detenido un menor y su madre. La segunda fue liberada por falta de pruebas, pero el adolescente de origen sirio ha sido internado en un centro de menores.