ATAQUE YIHADISTA
El yihadista de Algeciras insiste ante los psiquiatras de la Audiencia Nacional en que «veía diablos»
El juez instructor mantiene el secreto de las investigaciones mientras se decide si el preso es inimputable
J.J. Madueño
Algeciras
El cuadro médico de la Audiencia Nacional ha realizado este jueves el examen psiquiátrico al Yassine Kanjaa el presunto autor del ataque yihadista cometido en Algeciras, donde ha insistido en que «veía diablos». El marroquí atacó dos iglesias el pasado 25 enero. El resultado ... fue el sacerdote Antonio Rodríguez herido de gravedad y el sacristán Diego Valencia asesinado.
Este análisis forense fue acordado por el juez instructor a los efectos de informar sobre si el sujeto es imputable. En su resolución, el magistrado indicaba que ese reconocimiento forense se debía hacer con pleno respeto al derecho de defensa del detenido y con su previo consentimiento. Así, ofició a la clínica forense de la Audiencia Nacional para que dos médicos realizaran el examen.
Según Europa Press, Yassine Kanjaa no ha podido ponerse en contacto con su familia desde que fuera detenido al carecer de dinero. Además, sigue vistiendo el mismo chándal con el que fue puesto a disposición del juez. Añaden que esta misma semana, el magistrado de la Audiencia Nacional ha acordado ampliar un mes más el secreto de las investigaciones.
Sin embargo, si el dictamen de los médicos señala que es inimputable como si no, se espera que no tenga ningún efecto inmediato en la situación del preso. Por otro lado, tras el examen forense habría pedido seguir hablando con los médicos, porque le habría parecido insuficiente el tiempo que le han dedicado. Además, habría expresado que lo que quiere es salir en libertad.
Yassine Kanjaa está en prisión provisional sin fianza. El juez instructor le atribuyó los delitos de asesinato y lesiones con fines terroristas. Además, advirtió que podrían conllevar la prisión permanente revisable. En esa resolución indicaban que la actividad desarrollada por Yassine se podía calificar como un ataque yihadista dirigido tanto contra sacerdotes que profesan la fe de la Iglesia Católica, como contra musulmanes que para el investigado no siguen los preceptos del Corán.
Si bien pidió un informe forense psiquiátrico para saber si está en condiciones de ser investigado, previamente había sostenido que las acciones violentas las realizó para producir de manera consciente e intencionadamente el mayor daño posible, manteniendo en todo momento el control de la situación.
El instructor hacía constar en su auto por el que acordaba la prisión incondicional que en las dos declaraciones que ha prestado Yassine, ante la policía y en el juzgado, salvo algunas contradicciones sobre elementos periféricos del relato, era capaz de reproducir en esencia los aspectos más importantes de su acción.
Causar daños mayores
El auto relataba que la conducta del investigado fue consciente y que tenía definidos sus objetivos, teniendo la opción de causar unos daños mayores, focalizó su acción concretamente sobre los sujetos a quienes atacó, a los que eligió de forma deliberada.
En la primera de las acciones fue contra los sacerdotes, reconociendo que su intención era matar a todos los sacerdotes que se encontraban en la iglesia. En segundo lugar, indicaba el magistrado, centró su ataque contra un marroquí al que consideraba infiel, al creer que estaba ante un «converso», por no practicar la auténtica religión, y al que agredió con intención de matarle.
Por todo ello, el magistrado consideró que el detenido se identificaba con un perfil de terrorista autoadoctrinado, que actuó de modo individual y no vinculado directamente con una organización terrorista en concreto, pero que, en definitiva, lleva a cabo su acción en nombre del fenómeno yihadista al que tantos se adhieren de forma remota, generando un ataque violento que causa terror en la sociedad y desestabiliza la paz social.
La Policía Nacional señaló que el presunto yihadista presenta un «perfil inestable» y que se autorradicalizó de forma exprés en el último mes. Además, también confirmaban que al marroquí de 25 años se le intervino en el registro practicado en su vivienda tras su arresto «diferentes dispositivos electrónicos que actualmente están siendo analizados, diversa documentación y la funda del arma blanca utilizada en el atentado».
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