Los nazis, el alcalde de Cádiz y el estadio Mirandilla

El cartel del evento ha corrido por los ‘guasap’ tantas veces estos días que ya tiene limitado el número de su difusión. FernandoSoto escribe en su blog ‘Cádiz 3000 Historias no contadas’, que una copia del mismo se encuentra en la ‘Peña Los Equipos’ en Puerto Real . En el mismo aparece bien impresa una esvástica nazi y el águila de San Juan, nuevo escudo del régimen de Franco tomado del de los Reyes Católicos. El encuentro era un acto descaradamente de apoyo al eje hispano alemán por su ayuda en la contienda incivil. No solamente hubo fútbol, sino también fiesta en el Hotel Atlántico, homenaje ante la cruz de los Cáidos, visita a la Escuela de Flechas Navales y un viaje para los marinos germanos del III Reich a Jerez donde vieron una corrida de toros y acudieron a la tradicional feria.

Juan Sevilla, historiador del Cádiz C. F., dejó constancia del partido en el que por no faltar de nada, hubo hasta fuerte levante. El saque de honor, como reza el afiche a una sola tinta, negra, estuvo a cargo de Grete Clasen, «bella y elegante», como recogen las crónicas, hija del cónsul de Alemania en la tacita de plata . Allí se cantaron todos los himnos de la época del bando triunfador y se levantaron más brazos derechos en el Mirandilla que si se hubieran pedido voluntarios para un ágape gratis total estilo Carpanta. Los vivas a Franco y a Hitler resonaron con fuerza.

Después del programa al que sometieron a los marinos alemanes paseándolos de arriba a abajo, no es de extrañar que cayeran derrotados cuatro a uno por el equipo de los colores azul y amarillo que en eso no han variado desde los inicios.

Llama también la atención que de todas las opciones que había a la hora de votar el nuevo nombre del estadio gaditano, eso sí la de dejar el antiguo de Carranza como estaba se descartó, se eligiera el primigenio: Mirandilla, que hace referencia al colegio de La Salle, origen del club.

Pero el Nuevo Mirandilla no es solamente uno de los ‘logros’ del regidor por borrar el nombre de Ramón de Carranza, cuya avenida ya cambió por la del 4 de diciembre de 1977, fecha símbolo de la autonomía andaluza y la retirada de la placa de la finca en la que nació José León de Carranza, en la calle Cánovas del Castillo . De estos distintivos también dio cuenta contra la familia de José María Pemán, escritor, poeta y ensayista, que hasta en gesto de reconciliación se abrazó con Rafel Alberti durante la Transición. O la malograda Mercedes Formica, mujer falangista de la primera hora a la que mientras ‘Kichi’ le retiraba un busto en su ciudad natal, sus colegas podemitas de Madrid le dejaban una calle por su aportación decisiva en la reforma del Código Civil de 1958 . Hasta ese momento, una mujer casada carecía de derechos y perdía su casa y sus hijos si abandonaba a su marido. Su implicación vino tras conocer que un hombre había asesinado a su esposa con doce puñaladas y su acto iba a quedar impune.

Y mientras el cambio de las calles y los nombres ‘franquistas’ avanzan, la situación de la ciudad vive en otro escenario, más actual y menos histórico. Este domingo pasado decenas de vecinos del popular barrio de La Viña organizaron una manifestación tras el último altercado en la plaza José Macías Rete. Allí se ubica el albergue municipal. Según los vecinos, el cambio de protocolo para dormir, más flexible con la pandemia, ha convertido «en una zona peligrosa, insalubre y con peleas continuas» porque «está todo el día llena de personas que hacen vida en los bancos, en los rincones y en el suelo». «Allí comen, duermen, hacen sus necesidades y sobre todo molestan continuamente a los vecinos , provocando una inseguridad que hace que mucha gente evite pasar por ahí», detalla el escrito que han presentado al Ayuntamiento de Cádiz, informa Fran M. Galbarro de La Voz. Una pelea a botellazos entre varias personas sin hogar fue el detonante para que decenas de viñeros se sumaran a la protesta y acudieran a la casa del alcalde para reclamar soluciones. ‘Kichi’, quien reside en el barrio de La Viña, bajó a la plaza para dialogar con sus vecinos y prometerles una solución.